Lo que no te cuentan sobre la Terapia
Hace unos días hablaba con Eulàlia París, una buena amiga y
compañera terapeuta, sobre el boom que se ha producido en el campo del
desarrollo personal en los últimos años, y relacionado con ello la multitud de
terapias y herramientas de crecimiento personal y espiritual que han ido apareciendo
en el mercado.
Los dos coincidimos en que aunque desconocíamos un gran número de estas terapias, y por tanto no podíamos opinar sobre su efectividad, sí que ambos
éramos conscientes del auge que se ha producido en el sector de un perfil de terapia que se caracteriza por prometer grandes resultados en un breve
periodo de tiempo. Respecto a ello sí que podemos dar un feedback con conocimiento de causa, pues hace
algunos años que ambos nos movemos en el mundo terapéutico.
A parte de la rápida obtención de resultados, muchas
de estas terapias también manifiestan un positivismo exultante, bajo la
filosofía de “si piensas en positivo
puedes conseguir todo aquello que te propongas”. Algunos de los mensajes que acompañan este tipo de
terapias son; “Libera todo tu potencial y
sé feliz", “Vence la ansiedad en 3 sesiones”, “Tú puedes, supera
tus miedos en 5 sesiones”, “Aprende a
pensar en positivo y sé feliz”, “El camino de la felicidad”, y tantos otros
que si buscáis por internet no os va a ser difícil de encontrar.
Entiendo que este tipo de productos tienen su público en un
mundo en que la impaciencia y la voluntad por querer conseguir resultados rápidos
están a la orden del día. Vivimos en una sociedad acelerada, en la que no
podemos esperar para lograr aquello que deseamos, y las nuevas tecnologías nos
lo ponen fácil en ese sentido en un gran número de ocasiones. No obstante este deseo por conseguir aquello que queremos con la
mayor rapidez posible nos hace menos tolerantes a la frustración, y también
menos resilientes para sostener aquello que nos genera dificultad, como puede
ser la paciencia y el compromiso para obtener resultados.
La terapia es un proceso, y por esta razón sus beneficios no son
inmediatos. Como en la mayoría de aspectos de nuestra vida alcanzar nuestros objetivos requiere de tiempo y esfuerzo, eso significa que no hay atajos para obtener
resultados, por lo tanto ¿Por qué debería ser diferente con la terapia?. Con frecuencia pongo
ejemplos y metáforas a mis clientes en este sentido, como: ¿Qué pensarías de anuncios del tipo; “házte médico en 6 meses”, o “construye
la casa de tus sueños en tres semanas”?.
Estoy de acuerdo que un pensamiento positivo nos predispone a
conseguir nuestros objetivos, sin embargo eso solo es un primer paso, una parte
de la ecuación, pero no muestra su totalidad. Aunque nos cueste de aceptar, la
vida no es siempre como nosotros esperamos que sea. Aceptar la frustración por no obtener siempre aquello que deseamos es parte del aprendizaje de vivir, y esta suele ser
la parte difícil de la ecuación, la cual muchas veces no explican las terapias
más positivistas.
Un proceso de terapia es como la vida misma, es decir uno
transita por momentos de felicidad, pero también por momentos de dolor y de
conexión con emociones que nos pueden disgustar, o hacernos sentir incómodos, como la tristeza y la ira. Un
camino de subidas y bajadas que nos ha de llevar a conseguir aquello que venimos
buscando al acudir a terapia. No todo es bonito en la terapia, pero así debe
ser si queremos obtener algo de ello. Como decía el psiquiatra Carl Jung: “Nadie se ilumina fantaseando figuras de
luz, sino haciendo consciente su oscuridad”.
Si estás buscando iniciar un proceso de terapia serio y profesional, te puedo ayudar. LLama o Whatsapp al 645 368 714 para más información o bien rellena el formulario de contacto.
Un tema que comento a mis clientes en la primera sesión es que la duración de la terapia es siempre variable, depende de cada individuo y de la temática a tratar, y que por tanto no puedo concretarlo. No obstante les comunico algo que según mi experiencia siempre es cierto, y es que si quieren obtener resultados de la terapia es necesario su compromiso con el proceso.
Compromiso significa esfuerzo y constancia con la
terapia, por ejemplo que la cancelación de sesiones por
parte del cliente sea un hecho puntual y extraordinario, y que no suceda con frecuencia. En esta línea puedo afirmar que si la persona es constante y se
compromete con la terapia los resultados van apareciendo.
Muchos de los artículos que podéis leer en mi blog dan
consejos o recomendaciones sobre todo tipo de temas que me encuentro en mis
sesiones, y que creo pueden ayudar al
lector (baja autoestima, depresión, estrés…); sin embargo siempre comento que son
solo eso, consejos y recomendaciones, y que por tanto no son sustitutos del
acompañamiento terapéutico y profesional que la persona debe buscar en caso de
estar pasando por alguno de estos estados.
En ningún caso los artículos buscan sustituir las sesiones de terapia, ni tampoco que la persona pueda creer que vaya a conseguir los mismos resultados
leyendo estos escritos que realizando un proceso terapéutico. Como ya he dicho no hay remedios
rápidos en ese sentido.
Como terapeuta admito que no tengo la capacidad de sanar a
nadie en un tiempo limitado ni tampoco tengo respuestas a todas las preguntas
del consultante. Los terapeutas no somos magos ni tenemos ninguna pastilla para
curar a las personas, simplemente realizamos una labor de acompañamiento y de orientación,
para que la persona vaya descubriendo progresivamente cual es el camino que
desea transitar, y es en este proceso de relación entre terapeuta y cliente donde se van desvelando los cambios que la persona está buscando.
Otros casos que me he encontrado también por internet y
que por mi experiencia tanto profesional como personal me hacen desconfiar, son
páginas sobre crecimiento personal, muy bien diseñadas todas ellas,
donde aparecen fotos de gran tamaño del terapeuta en cuestión, mostrando éste una expresión de felicidad infinita. Este tipo
de páginas van acompañadas de vídeos de presentación donde los terapeutas
explican lo mal que lo han pasado en su vida, pero que una vez encontraron tal terapia, o herramienta de
desarrollo personal se les ha abierto el mundo y ahora viven en El Edén de
la felicidad. Comentan que el amor fluye por sus vidas y que ahora son mejores
personas y que gozan de una gran seguridad y confianza en sí mismas, y todo
ello nos lo venden a nosotros en no más de 10 sesiones. Ah, me olvidaba! y
también este tipo de páginas suelen incluir un manual de autoayuda que podemos
descargar (algunos pagando, otros no) para conocer todos los secretos de la
felicidad.
Obviamente qué mejor mensaje para vender un producto, sin
embargo os puedo asegurar que la realidad no funciona así. En primer lugar la terapia
no cambia a nadie, por ejemplo si somos proclives a sufrir de depresión o
tenemos una baja tolerancia al estrés la terapia nos ayudará a gestionar estas
situaciones de una forma mucho más llevadera, pero la tendencia de cada persona
no va a desaparecer, sino que más bien vamos a tener que aprender a convivir
con ella y con todos los demonios que la acompañan.
Asimismo todos tenemos patrones disfuncionales que nos
generan malestar y que seguramente son el motivo por el que acudimos a terapia,
sin embargo debemos tener claro que los cambios son lentos, y eso es obvio, si
pensamos que son formas de funcionar y de relacionarnos que llevamos años
utilizando, y que por tanto es imposible
modificar en unas pocas sesiones.
En segundo lugar los terapeutas, como el resto de mortales, pasamos
por días y por momentos bajos, en que nuestros miedos, inseguridades y pensamientos
negativos se encuentran en pleno apogeo, y por tanto, pese a nuestra formación
y experiencia, no vivimos en ningún mundo de felicidad, tal y como quieren
vendernos algunos de los que se hacen llamar profesionales del crecimiento
personal.
En la línea de este artículo os voy a dejar otro relacionado
con esta temática de mi compañera terapeuta Eulàlia París.
Leslie Beebe
Terapia y Coaching Personal en Barcelona
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