8 Consejos Para Aumentar Tu Autoestima

8 Consejos para aumentar la autoestima. La autoestima es una de las bases de nuestro bienestar emocional. La autoestima no significa únicamente quererse a uno mismo, sino que comprende todos aquellos sentimientos, creencias, percepciones, evaluaciones y pensamientos que tenemos sobre nuestra persona; los cuales hemos ido acumulando a lo largo de la vida. Disponer de un elevado grado de autoestima nos predispone a contar con un sentimiento de capacidad personal, de confianza en nuestras aptitudes, para así sentir que podemos enfrentar los obstáculos de la vida y conseguir aquellas metas que nos propongamos.
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Asimismo la autoestima nos dota de un sentimiento de valía personal, una visión de nosotros mismos como una persona única e irrepetible, que como tal tiene el derecho de vivir la vida y ser feliz. Autoestima no significa actuar con prepotencia ni arrogancia, al contrario, significa respetar nuestras necesidades, así como también respetar el mundo que nos rodea.

Como he comentado anteriormente la autoestima es un pilar fundamental en nuestro equilibrio emocional, sin embargo también es un aspecto de nosotros mismo que solemos tener olvidado, hasta que un día algún síntoma físico o psíquico nos recuerda que deberíamos poner atención en como se encuentra nuestra autoestima. Estos avisos toman diversas formas como; dolores musculares, tensión cervical, ansiedad, estados depresivos, migraña y nerviosismo, entre otros.

Asimismo tener un nivel bajo de autoestima también nos predispone a una larga lista de factores que afectan negativamente nuestro bienestar como son; la inseguridad, los celos, la envidia, la desconfianza en nuestras posibilidades, el pensamiento negativo, la necesidad de aprobación por los otros, la frustración, el rencor o los miedos, entre otros.

Los motivos por los que un gran porcentaje de la población sufre de una baja autoestima son múltiples y diversos según cada caso, sin embargo podríamos citar como aspectos más comunes; el sistema educativo recibido, el tipo de relación con los padres y las figuras de autoridad en la infancia, la historia personal y el entorno social y familiar en que la persona haya crecido. En un futuro artículo comentaré con más detalle estos aspectos.

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Muchas de las personas que acuden a terapia me preguntan si existe alguna forma de mejorar su autoestima. Siempre les digo que yo no poseo ninguna varita mágica ni ninguna pastilla como remedio, ni conozco de nadie que la tenga. Básicamente les comento que una vez detectado como se manifiesta la baja autoestima, la solución pasa por ser constante y trabajar para conseguir recuperar la autoestima perdida. Siempre les pongo el ejemplo de aquella persona que quiere ponerse en forma o bien perder unos kilos; no existe un camino rápido ni fácil, la solución pasa por ser constante en el trabajo en el gimnasio, una dieta adecuada y seguramente algún que otro sacrificio; pues lo mismo pasa con la autoestima, les digo.

A continuación os dejo algunas recomendaciones que tanto personalmente, como a mis clientes en terapia, les ha funcionado, eso sí, siempre con trabajo y constancia, como hemos comentado.

1. Deja de quejarte y de culpabilizar al mundo de lo que te pasa.
Una gran mayoría de nosotros tenemos tendencia a quejarnos, a culpar a otros o a la vida de aquello que nos sucede, adoptando un rol pasivo, de víctima ante las circunstancias. Existe una idea bastante generalizada en la sociedad de creer que cuando sufrimos o estamos atravesando un momento difícil, alguien vendrá para salvarnos y hacernos sentir mejor; como una justicia divina que debería recompensarnos por el sufrimiento vivido. Cuando la verdad es que si nos fijamos en nuestra experiencia de vida adulta veremos que la realidad nunca ha funcionado así.

Esta actitud pasiva ante los sucesos de la vida afecta negativamente nuestra autoestima. Cuando tomamos un rol activo y nos responsabilizamos de nuestras acciones nos sentimos más conectados con nuestra esencia personal. Esto significa sentir que vivimos una vida propia, de acuerdo a nuestros objetivos y valores; aspecto que favorece nuestra autoestima. Cuando vemos que las cosas no salen como nosotros queríamos, o nos sentimos mal con nosotros mismos por algo que no hemos conseguido, podemos plantearnos preguntas que nos conduzcan hacía la actividad y no a la pasividad o la culpabilización. 

Algunas de las preguntas que puedes plantearte  en estos casos pueden ser del siguiente tipo:  ¿Qué puedo hacer yo para cambiar aquello que no me gusta?, ¿Qué tiene que ver esta situación conmigo?, ¿Está en mi mano cambiar esta situación?, ¿Cómo he llegado al momento actual y cómo me he posicionado al respecto?, ¿Qué puedo aprender de la experiencia para actuar de forma diferente en el futuro?.

2. Toma la iniciativa.
Relacionado con el punto anterior, cuando tomamos un rol activo empezamos a tomar decisiones. Al tomar la iniciativa tomamos el control de nuestra vida, dejamos pues de navegar a la deriva, a expensas de las opiniones ajenas, para empezar a tomar nuestras propias decisiones. Tomar decisiones nos conduce a sentir  una mayor confianza en nosotros mismos y en nuestras posibilidades, por lo que en consecuencia los niveles de autoestima también se ven favorecidos. Si eres una persona con tendencia a la confluencia, es decir que se deja llevar por las decisiones de los otros, prueba la próxima vez a tomar tú la iniciativa y a decidir por ti mismo. Por ejemplo si siempre vas de invitado a las fiestas, ¿por qué no propones hacer tú la próxima fiesta?, o bien si siempre vas a cenar donde los otros dicen, ¿por qué esta vez no propones tú el restaurante ?.

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Si quieres aumentar tu autoestima, la terapia es una forma ideal de conseguirlo. Llama o Whatsapp al 645 368 714 o si lo prefieres rellena el formulario de contacto.

3. Deja de machacarte y empieza a pensar en positivo.
Existe una tendencia generalizada a machacarnos; a culpabilizarnos y castigarnos por multitud de motivos, como si nuestra meta en esta vida fuese ser perfectos, cuando en realidad si nos paramos a analizarlo nos daremos cuenta que es una meta imposible de conseguir, pues todos contamos con nuestras virtudes y nuestros defectos. No obstante, y por norma general únicamente nos focalizamos en nuestros defectos, dejando de lado nuestras virtudes. Si paramos un momento podemos preguntarnos; ¿A dónde me ha llevado pensar que no valgo o que soy un desastre…?, seguramente la respuesta será a ningún lugar beneficioso para nuestro equilibrio emocional.  

Recordemos que nosotros somos los que cocreamos nuestra realidad a través de nuestro pensamiento. La realidad no deja de ser una visión interna y particular sobre el mundo y sobre nosotros mismos; por este motivo si conseguimos cambiar nuestros pensamientos negativos por otros más positivos, y tomamos una mayor conciencia de nuestras aptitudes, en vez de focalizarnos solo en nuestros defectos, nuestra autoestima aumentará.

Un ejercicio que te propongo es que hagas una lista de todos tus pensamientos negativos y limitantes, mientras que al lado escribas otra lista cambiando el sentido de tus pensamientos, de negativo a positivo. Puedes probar a cambiar pensamientos del tipo; “no puedo”, “no valgo”, por otros del tipo “voy a intentarlo”, “me va a ir bien”. Cuando hayas realizado la lista, ponla en un lugar visible para así recordarla durante el día y repetirte estos pensamientos positivos.

Por último destacar que no machacarnos también implica otras acciones relacionadas como tratarnos con cariño y respeto, tomar una actitud positiva frente a nuestros errores y sostener la frustración que provoca que las cosas no siempre son como nosotros queremos.

4. No actúes de forma reactiva, tómate tu tiempo
La mayoría de nosotros actuamos en una gran variedad de situaciones cotidianas de una forma automática y reactiva; es decir no escogemos como reaccionamos ante un estímulo externo, sobre todo ante aquellas situaciones susceptibles de perturbarnos emocionalmente. El resultado es que vamos acumulando un malestar interior, el cual se suele manifestar en estados como el enfado, la frustración o el miedo, entre otras.

Asimismo esta reacción automática nos lleva a magnificar aquellas situaciones en las que nos podemos sentir presionados o frustrados por el entorno.  Por este motivo la próxima vez que te sientas perturbado por una persona o una situación, para y piensa como quieres reaccionar ante ello. Las situaciones de la vida y las acciones de otras personas nos pueden hacer daño, obviamente somos humanos, sin embargo el sufrimiento derivado de ello es una creación propia, y en consecuencia es nuestra responsabilidad poner los límites de hasta donde vamos a permitir que llegue. En palabras del sabio Buda:

“Ni tu peor enemigo puede hacerte tanto daño como tus propios pensamientos” Buda

Por este motivo antes de reaccionar ante un estímulo de forma impulsiva céntrate en ti, en como te sientes, tómate tu tiempo para hacer respiraciones profundas y decidir la forma como vas a reaccionar ante ello. Como decía el psiquiatra Viktor Frankl el periodo que transcurre entre el estímulo recibido y nuestra respuesta es donde reside nuestra libertad. Esta libertad es la que contribuirá a sentirnos con una mayor autoestima.


5. No te compares ni busques la aprobación ajena
La comparación únicamente nos lleva por el camino de la amargura, pues habitualmente no nos comparamos con personas que creemos están en una situación peor a la nuestra, sino con aquellos que imaginamos viven en un mundo mejor. Este tipo de comparación nos lleva a sentirnos víctimas de las circunstancias, y por tanto a adoptar una actitud pasiva ante la vida. Cada persona somos un mundo y debemos centrarnos cada uno en el nuestro. Envidiar e idealizar la vida de otras personas a lo único que nos conduce es a sentirnos desgraciados, perjudicando nuestra autoestima.

Respecto a focalizarnos en nuestra vida, también se deriva el hecho de abandonar la búsqueda de aprobación por parte del resto de personas. Cuando buscamos la aprobación externa nos posicionamos en un rol pasivo ante la vida, pues vivimos más pendientes de complacer las demandas externas que de satisfacer nuestras necesidades y deseos. De la misma forma si dejamos que sean los otros quien decidan por nosotros, les estamos dando un control de nuestra vida que realmente no poseen.  

Si sientes que tus acciones se encuentran condicionadas por el juicio externo, puedes hacer el siguiente ejercicio; Antes de ir a dormir piensa si durante el día has tomado alguna decisión para satisfacer el juicio externo. Si es así ¿Cómo te has sentido al haberlo hecho?, ¿Qué crees que habría pasado si no lo hubieses hecho, cómo crees que te sentirías ahora?.

6. Atrévete a salir de tu zona de confort
Confianza en uno mismo y autoestima van unidas de la mano, no obstante es necesario cultivar ambas. Para ello es necesario salir de nuestra zona de confort, de aquello que nos resulta conocido, para así experienciar estados y sensaciones nuevas. Os pongo un ejemplo; aquella persona que tiene miedo a hablar en público. Cuando esta persona se aventura a enfrentarse a su miedo y ofrece una charla en público la confianza en sí mismo y en sus posibilidades aumentan, al igual que lo hace su autoestima; sus pensamientos cambian del tipo “no puedo, tengo miedo” a “aunque tengo miedo puedo hacerlo”, generando una sensación de capacidad y valía personal. Atrévete pues a salir de tu zona de confort, piensa en alguna actividad que te atraiga o bien con la que sientas una dificultad y lánzate a hacerla, las posibilidades son múltiples; hacer un viaje solo, probar un deporte nuevo, apuntarte a un curso, etc…

7. Actúa más y piensa menos
Otra recomendación para mejorar la autoestima y la confianza en uno mismo es pasar a la acción rápidamente, sin pensarlo demasiado. No se trata de ser temerario ni actuar como un loco, simplemente decidir más rápido. Al decidir más rápido no nos quedamos anclados en el pensamiento y así evitamos que empiecen a aparecer pensamientos limitantes y dudas al respecto. Un ejercicio que puedes hacer es no dejar pasar más de 5 segundos entre el pensamiento y la acción. Cuando surge el impulso de hacer algo, no lo pienses más de ese tiempo, y no te dejes llevar por el mensaje del pensamiento. Puedes agradecer a tu pensamiento que se preocupe por tu bienestar, pero eso no significa que debas hacer caso a su mensaje. Puedes decirte frases del tipo; “gracias pensamiento por preocuparte por mí, pero esta vez voy a hacer lo que siento”.

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8. Tomáte tiempo libre y haz ejercicio físico
Es importante que encuentres un momento para hacer alguna actividad que te resulte gratificante; una actividad que quieras hacer, y que no te sientas obligado a hacer. El ejercicio físico es un claro ejemplo de ello, así como un gran aliado para aumentar los niveles de autoestima y bienestar con uno mismo.Puedes apuntarte a un gimnasio, o bien si te es imposible por temas económicos, sal a correr o camina rápidamente durante 30 minutos diarios.


Estas son algunas indicaciones sobre como puedes mejorar la autoestima. Si practicas estos ejercicios durante unas semanas y no obtienes resultado, sería aconsejable acudir a un profesional de la terapia En estos casos, la terapia es una herramienta muy eficaz que te ayudará a recuperar tu autoestima y el amor hacía ti mismo. Si estás interesado puedes contactar conmigo en el teléfono 645 368 714 o bien rellenar el formulario de contacto y te informaré sin compromiso.

Leslie Beebe
Terapia Gestalt y Life Coaching Barcelona


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