Pautas que nos ayudan a reducir la ansiedad




Pautas reducir ansiedad

Pautas que nos ayudan a reducir la ansiedadEn la actualidad los trastornos de ansiedad son cada vez más habituales en las consultas de psicoterapia. La sociedad occidental en la que vivimos se caracteriza por una elevada exigencia, una impaciencia en la obtención de resultados y un bajo nivel de frustración; por este motivo no nos debería extrañar que cada vez aparezcan más casos de personas aquejadas de ansiedad en las consultas médicas. En este artículo voy a mencionar algunas pautas básicas para enfrentar este tipo de trastornos. Como digo son únicamente recomendaciones, por tanto en ningún caso pretenden reemplazar un proceso de psicoterapia, ni ser sustitutos de la medicación en los casos que ésta se haya prescrito.

Ganar en asertividad. Un elevado porcentaje de individuos que sufren ansiedad son personas que llenan su agenda de actividades y compromisos. Uno de los motivos por lo que esto sucede es la incapacidad que tienen estas personas para poner límites, y así poder decir no a las exigencias externas. En consecuencia son individuos que se sienten superados por las necesidades procedentes del entorno, en detrimento de las suyas propias, lo que favorece la aparición de la ansiedad.

Una herramienta que nos ayuda a poner límites ante las demandas externas es entrenar una actitud asertiva de comunicación. Mediante la asertividad expresemos de forma directa, honesta y respetuosa lo que pensamos, sentimos o deseamos ante el resto de personas. La asertividad es una habilidad fundamental para romper con la sensación de tener que cumplir siempre con las exigencias externas.

Optimizar la gestión del tiempo. Con frecuencia, la persona ansiosa siente que no llega a todo, al ser individuos que viven con la sensación de que van corriendo todo el día, y aun así perciben que no hacen todo aquello que se habían propuesto. Son personas que gestionan y planifican mal su tiempo, aspecto que contribuye a que aumenten sus niveles de ansiedad. Una óptima gestión del tiempo pasa por llevar una agenda que se corresponda con la realidad personal de cada uno, es decir, debemos ser coherentes con el número de actividades que podemos hacer en un día. Por este motivo es importante aprender a priorizar, posponer y delegar según sea el caso. En este sentido es aconsejable no acelerarse, entendiendo que hacer las cosas con más rapidez no nos convierte en más eficaces, sino que el resultado final suele ser todo lo contrario.

Regalarse unos momentos de placer. Experimentar sensaciones placenteras provoca que nuestro cuerpo segregue las denominadas hormonas del placer; serotonina, dopamina y endorfinas, las cuales presentan efectos contrarios a la ansiedad. Para conseguir estas sensaciones es importante reservarse un espacio para la planificación diaria de aquellas actividades que nos resulten placenteras y agradables; tocar un instrumento, pasear, leer o mantener relaciones sexuales pueden ser algunas de ellas. Como hemos dicho vivimos en una sociedad muy demandante, por lo que es necesario estos momentos para recargar pilas y recuperar energía.

Aprendizaje emocional. En la medida de lo posible deberíamos evitar los pensamientos negativos y de desvalorización personal, y sustituirlos por pensamientos positivos. Pensar de forma positiva tiene un efecto beneficioso en nuestro estado de ánimo y nos ayuda a controlar la ansiedad. En consecuencia es aconsejable que reconozcamos aquellos pensamientos que favorecen la ansiedad, para así reemplazarlos por otro tipo de mensajes más positivos. Por ejemplo transformar el sentido de las frases, pasando de negativo a positivo; cambiar “seguro que voy a fallar”, por “lo haré lo mejor posible”. Otra herramienta es sustituir aquellos términos más subjetivos de nuestro vocabulario del tipo “nada”, “todo”, “siempre”… por otros más objetivos, del tipo “alguno”, “algo”, “a veces”. Por ejemplo; “lo hago todo mal” sustituirlo por “a veces cometo errores”. Todas estas herramientas de gestión emocional favorecen a reducir la auto presión y en consecuencia también los niveles de ansiedad.

Reconexión con el presente. Un denominador común que encontramos entre aquellas personas que padecen ansiedad, es que son individuos que destinan gran parte de su tiempo a estar en su cabeza, en su pensamiento. Son individuos que escapan del presente ocupándolo con fantasías catastrofistas sobre el futuro, o bien se encuentran anclados en pensamientos nostálgicos sobre el pasado. En ambos casos el resultado es el mismo; una desconexión con el presente y un aumento de la ansiedad.

Para salir de este atolladero es necesario volver a contactar de nuevo con el momento presente. Para ello es recomendable prácticas como la meditación o el Mindfulness. Tanto la meditación como el Minfulness nos permiten conectar con nuestra respiración y nuestro cuerpo, para así tomar conciencia de que es lo que nos está pasando en el aquí y ahora. La práctica de ambas favorece a tomar conciencia de nuestra respiración superficial y nuestras tensiones corporales, las cuales son características de un estado ansioso. Si nos mantenemos constantes con la práctica meditativa, vamos a poder recuperar nuestro ritmo natural de respiración, liberándonos así de bloqueos y de tensiones corporales, lo cual reducirá  también nuestros niveles de ansiedad. 

Cuidar el cuerpo. Es importante que cuidemos nuestra alimentación. La ansiedad induce a comer rápido y mal. Por este motivo deberíamos mantener un horario uniforme en las comidas, evitando saltar alguna de las comidas principales del día. Es también recomendable dejarse el tiempo suficiente para comer, haciéndolo de una forma pausada y relajada, sin prisas. También es importante seguir una dieta equilibrada, eliminando o reduciendo aquellas sustancias perjudiciales para controlar la ansiedad, como pueden ser la cafeína, el azúcar y las bebidas estimulantes. Asimismo el ritmo de vida estresado influye negativamente en la obtención de un buen descanso. Según lo dicho, es necesario dormir las horas suficientes y evitar irnos a la cama con pensamientos que nos puedan agobiar. Por último, es aconsejable practicar ejercicio físico de tres a cuatro veces por semana, pues ésta es una de las mejores formas de aliviar tensiones y reducir la ansiedad.

Si sientes que la ansiedad no es un tema puntual en tu vida, sino que se mantiene en el tiempo, sería recomendable que buscases ayuda profesional. En estos casos la psicoterapia puede ser una gran aliada para que aprendas a gestionar tu ansiedad de una forma saludable.

Leslie Beebe

Terapia Gestalt y Coaching Personal

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