Sobre la terapia y la labor del terapeuta

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Fuera del mundo de la terapia,  existen gran cantidad de prejuicios en torno a la labor que hacemos terapeutas y psicólogos. La mayoría de estos prejuicios giran en torno a unas creencias erróneas, respecto a la figura y la función que desempeñamos en la relación de ayuda con el cliente. Para aclarar dudas y disipar temores, he estimado oportuno escribir este artículo, con respuestas a algunas de las dudas y preguntas que me han hecho llegar personas no familiarizadas con el mundo terapéutico. Aquí os dejo algunas de estas aclaraciones:

“La terapia es algo que dura mucho y es muy caro”
Aunque un proceso de terapia puede alargarse años, no es lo más común. Una de las primeras cosas que comunico a las personas que vienen a verme es que no puedo decirles cuánto durará la terapia. La duración va a depender de múltiples factores que ni el cliente ni yo sabemos en ese momento; dependerá de diversas variables como la constancia de la persona en el proceso, el tema que traiga a la sesión, el ritmo personal de cada individuo, el grado de comodidad y confianza que se establezca en la relación terapéutica, etc…  Aunque como ya he dicho no es fácil precisar, y únicamente a modo orientativo, mi experiencia terapéutica me lleva a diferenciar entre aquellas terapias más breves; de 3 a 6 meses de duración y las de mayor duración, que se pueden alargar más allá de los 9 meses.
Respecto al dinero, me gusta comentar a mis clientes que es un aspecto que deben considerar como una inversión, y no como un gasto. Tomemos el caso de la inversión que hacemos en ocio, por ejemplo en comprarnos unas botas nuevas para esquiar. Muchos de nosotros no lo veremos como un gasto, como pagar la luz, sino como una inversión, pues es algo que nos va a generar una satisfacción en el futuro. Por tanto yo me pregunto, ¿podemos pensar en alguna inversión mejor que aquella que hacemos en nosotros mismos y en nuestro bienestar?. Desafortunadamente existen personas que por su precaria situación económica no pueden costearse un proceso de terapia. Asimismo los servicios de salud están saturados y los dispositivos de atención psicológica son escasos. Teniendo en cuenta ambos factores, ofrezco en estos casos de excepción un programa de terapia solidaria, el cual comprende un número de sesiones a un precio muy reducido.

“La terapia es para débiles”
No hay mayor fortaleza que admitir que somos humanos, vulnerables, que no somos máquinas y que todos pasamos por momentos difíciles en que necesitamos que nos echen un cable. Admitir esta imperfección en nosotros es el motor que nos va a permitir cambiar; un cambio que curiosamente nada tiene que ver con la debilidad, pues la terapia exige de una gran valentía y un grado elevado de compromiso personal con el proceso.

“Solo van a terapia los que están locos/enfermos”
Hay multitud de factores que influyen en que una persona decida empezar una terapia. Por norma general aquellos individuos que padecen un trastorno mental suponen un porcentaje muy minoritario de las personas que acuden a terapia. Personalmente soy contrario a diferenciar entre enfermos y no enfermos. No me gusta etiquetar a la persona, pues las enfermedades muchas veces actúan únicamente como un estigma, y en consecuencia obstaculizan el poder ver que detrás de la etiqueta simplemente se encuentra alguien que sufre.
En resumen puedo decir que la mayoría de clientes que solicitan terapia son personas que están pasando por un momento difícil, pueden ser personas que no se sienten bien con ellas mismas, con su vida o bien que están atravesando una crisis personal. Independientemente del motivo, hay un denominador común que ya he mencionado,  el sufrimiento que esta situación les provoca. El objetivo de la terapia es aliviar dicho sufrimiento y que la persona recupere su bienestar.

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“La terapia me va a cambiar”
Es indudable que la persona que acude a terapia es porque busca algún tipo de cambio en su vida. A veces incluso ni el cliente sabe qué le pasa, simplemente siente que no está bien y busca respuestas que le expliquen el motivo de su estado. La función del terapeuta es la de guiar a la persona para que encuentre sus propias respuestas, no las que le puede dar el profesional. Nadie mejor que uno mismo para saber lo que le conviene. El cliente debe tener claro que el terapeuta no es un consejero, tampoco un juez, ni un superior que le dice lo que debe hacer. Como profesionales de la ayuda entendemos que el cambio más eficaz y sincero es el que surge de uno mismo. El terapeuta únicamente facilitará, a través de su labor de acompañamiento y guía, la progresiva toma de conciencia del cliente respecto a aquello que le está pasando. Una vez la persona conozca más sobre su situación, también será capaz de tomar sus decisiones desde otro punto de vista, uno más responsable y sincero consigo mismo.

“No estoy tan mal, voy tirando”
No hace falta estar diagnosticado de un trastorno de ansiedad o un de un trastorno depresivo para decidirse a empezar la terapia. Prevenir es mejor que curar, de la misma forma que no esperamos a quedarnos sin dientes para ir al dentista. Si sentimos que no estamos bien, y que hay algo que no acaba de funcionar en nuestra vida, es importante poner atención en ello lo más pronto posible, así como pedir ayuda profesional si fuese necesario. Si obviamos estos mensajes, los reprimimos e ignoramos, lo único que vamos a conseguir es que con el tiempo el riesgo de padecer una enfermedad más grave sea mayor.

“Mis amigos van a pensar que estoy loco”
Aunque en algunas sociedades la terapia está socialmente mejor aceptada, en otras aún se relaciona estrictamente con padecer algún trastorno mental. Por tanto sigue existiendo un porcentaje de la población que aún mantiene falsas ideas, así como creencias erróneas, sobre la psicoterapia. Por este motivo mientras la persona esté en terapia le recomiendo que no lo comunique a nadie más que no sea las personas más allegadas. Como terapeuta también aconsejo que aquello de lo que se hable en la sesión se quede allí, y no se explique a terceras personas. En la terapia surgen temas muy personales e íntimos, que sacados del contexto de la terapia, podrían ser objeto de simplificaciones y burlas por parte de otros colectivos.

“Ir a terapia significa profundizar y remover el pasado
Esta afirmación es una herencia del concepto de psicoanálisis original, el cual afirmaba que la curación del individuo pasaba por indagar en el pasado, concretamente en ir hacía la escena en que sucedió el evento traumático. A través de rememorar esta escena se producía una catarsis donde el individuo podía liberar toda la carga emocional que había reprimido hasta el momento. De esta forma los síntomas que la persona manifestaba en el presente quedaban reducidos. Como terapeuta mi objetivo se focaliza en trabajar con el presente del cliente, más que con el pasado. Lo importante es preguntarnos como vivimos nuestra vida actual, en vez de buscar los porqués que expliquen nuestro presente. Seguramente que durante el proceso de terapia habrá momentos que tendremos que revivir el pasado, no tanto como una vía de catarsis y liberación emocional, sino como una herramienta que nos va a permitir entender mejor nuestro presente.

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“Nadie me conoce mejor que yo mismo”
La labor de un terapeuta no es conseguir un conocimiento superior del que tiene la persona sobre sí mismo, sino acompañar al cliente en el proceso de autoconocimiento y crecimiento personal que va a darse en la terapia.

“Me produce vergüenza abrirme a extraños”
Es normal que en un primer momento la persona sienta dificultad para abrirse al terapeuta. Estamos en una sociedad poco acostumbrada a poder hablar libremente sobre emociones y sentimientos, principalmente por el temor a ser juzgados por el resto. La terapia como todo proceso requiere un tiempo, durante el cual cliente y profesional van a ir forjando una relación terapéutica y una confianza mutua. Me gusta decir que mi labor como terapeuta se rige por tres principios básicos; el no juicio, la confidencialidad y el respeto mutuo. El cliente puede estar tranquilo que estos principios van a acompañarlo durante el proceso de terapia.

Espero que estas respuestas sean de utilidad para aquellas personas no familiarizadas con la Terapia, no obstante, si quieres conocer más sobre los beneficios de la Terapia y el Coaching, aquí te dejo un enlace explicativo:

Terapia y Coaching

Leslie Beebe


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