Terapia y Perdón

El perdón es un tema habitual en las sesiones de terapia. Como terapeuta concibo el perdón como un acto necesario para conseguir la aceptación de aquello que nos dolió, y así poder seguir adelante con nuestra vida. Vivir con sentimientos de rencor e ira hacía aquellos que nos han lastimado nos aleja del amor hacía nosotros mismos y hacía la vida.


terapia perdón


Sin embargo también estoy en desacuerdo con aquellas personas que fuerzan a las víctimas a tener que perdonar siempre, sin ninguna excepción. En mi opinión el perdón va más allá de unas simples palabras, para convertirse en un proceso que va a depender de diferentes factores como el tiempo para conseguirlo, la voluntad de la persona o la intensidad de la experiencia vivida. Entiendo perfectamente a personas que han pasado por situaciones que les es imposible perdonar, hablo en especial de personas que han sufrido graves abusos y daños en su vida y que no conciben perdonar a su agresor, pues de algún modo ese acto significaría para ellos rendirse ante el abusador. 

De esta disyuntiva surge la pregunta de cómo poder llegar a un entendimiento entre ambas posturas, que en un principio podrían parecer opuestas. En mi opinión el primer paso es comprender que el acto de perdonar es ante todo un acto de amor y aceptación hacía nosotros mismos. El perdonar no es algo que hagamos por otras personas, sino por nosotros mismos, con el objetivo de seguir adelante con nuestras vidas. Como dice la actriz Suzanne Somers

“El perdón es un regalo que te das a ti mismo”.

Asimismo perdonar no significa justificar o negar aquello que sucedió; de hecho el camino del perdón empieza cuando tomamos conciencia de nuestra herida, de aquello que en su momento nos dolió y por lo cual aún sufrimos en el presente. Cuando nos damos cuenta de nuestra herida podemos empezar el camino hacía su sanación.

Perdonar es transitar lo que suele ser un largo y difícil camino, entendiendo que existe la posibilidad de que quizás no podamos conseguir integrar el perdón en nosotros, o al menos en la medida como nos lo vende la sociedad, como un perdón total, como una meta a alcanzar, cuando en realidad yo lo concibo más como un camino a recorrer.

Para conseguir el perdón y así liberarnos del sufrimiento que nos genera el recuerdo, primero debemos entrar en el daño causado. Este camino supone transitar por un cúmulo de emociones y sentimientos derivados de lo sucedido, como el dolor, la tristeza, la perdida, la humillación, la rabia y los deseos de venganza, entre otros. Todos ellos son necesarios en el proceso de terapia para llegar al perdón. Por este motivo debemos dejarnos sentir estas emociones en nosotros, dándonos el permiso para expresarlas, tantas veces como sea necesario, dejando de lado nuestro juicio. Solo así el perdón podrá pasar de ser un concepto mental, a ser una realidad integrada en nosotros.

terapia perdón Barcelona

Perdonar no es olvidar, no podemos borrar nuestras experiencias como si se tratase de la memoria de un ordenador. Perdonar significar poder recordar el suceso traumático sin tener que sufrir por ello; metafóricamente sería como una cicatriz que nos recuerda lo que sucedió y que en determinados días nos recuerda de su existencia. No perdonar sería como una herida abierta, que sigue sangrando y que nos imposibilita despojarnos de la carga que supone vivir el recuerdo con odio y rencor.

Perdonar no es obviar la importancia del suceso que nos dolió, tampoco minimizarlo en medida alguna, ni menos aún dar nuestro consentimiento al hecho. El perdón es un acto de valentía, pues supone aceptar que aquello que sucedió no se desarrolló como nosotros hubiésemos querido, y ese es un aspecto que a nuestro ego le cuesta asimilar. Nuestro ego es alérgico a la frustración, le disgusta enormemente sentir que las cosas no son como él cree que deberían ser. Esta actitud egoica va relacionada con nuestras creencias y principios sobre el mundo y la justicia que lo regula; ideas que seguramente nos acompañan desde niños y que dificultan el camino del perdón. 

En la terapia revisamos estas creencias para cuestionar su veracidad en el momento actual. Algunas de las creencias con las que con frecuencia me encuentro en terapia son del siguiente estilo; “Perdonar significa perder”, “Debo vengarme por lo que me han hecho”, “Debe pagar por el daño cometido”, “Perdonar significa darle la razón”, “Debería haberme dado cuenta antes”, “No es justo, es todo culpa suya”…

Perdonar cuando se trata de relaciones, como una ex pareja, no significa que debamos reconciliarnos con esa persona, ni obviamente tampoco supone tener que retomar la relación. Perdonar significa que no suframos al pensar en ello, aprendamos de la experiencia vivida y nos responsabilicemos de la parte que nos pertoca. De esta forma podremos recuperar nuestro equilibrio emocional.

terapia para perdonar

Perdonar también representa el perdón y la compasión hacía nosotros mismos. A veces la culpa suele ser un elemento importante que nos obstaculiza en el camino del perdón. Por este motivo es importante dejar de torturarnos y empezar a asumir nuestra responsabilidad de cómo queremos vivir nuestro presente, pues el pasado ya no lo podemos cambiar. Únicamente está en nuestra mano decidir si queremos seguir anclados en el pasado, culpabilizándonos por lo que podíamos o no haber hecho, o bien aceptar lo que pasó, integrándolo como una experiencia que nos ha traído hasta el punto donde nos encontramos ahora. En palabras de Paulo Coelho;

“ No basta con que otros nos perdonen, la mayoría de veces tenemos que perdonarnos a nosotros mismos”

Si te sientes bloqueado, sumido en el rencor o en el odio por un hecho pasado, la terapia puede ayudarte a recuperar el equilibrio que necesitas en tu vida. Llama o envía Whatsapp al 645 368 714, o si lo prefieres rellena el formulario de contacto y te informaré sin ningún compromiso.

Leslie Beebe

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