Como Cambiar el Pensamiento Negativo
Como Cambiar el Pensamiento Negativo. Se estima que por nuestra cabeza pasan unos 60.000
pensamientos al día. Un elevado porcentaje de estos pensamientos son negativos,
automáticos e irracionales, del tipo; “Soy
tonto”, “No voy a poder”, “He hecho el ridículo”, “Debería hacer más”, etc…
Sin lugar a dudas este tipo de pensamiento nos limita, nos
bloquea e interfiere en la satisfacción de nuestras necesidades y en el
cumplimiento de nuestros objetivos. Asimismo y a nivel emocional nos perjudica
y nos genera malestar, alterando nuestro equilibrio emocional.
En mi opinión cuando hablamos de pensamientos debemos tener
en cuenta un par de conceptos: el primero de ellos es que no son los sucesos de
la realidad los que nos provocan emociones, sensaciones y sentimientos, sino que
mayoritariamente son los pensamientos que tenemos acerca de esos sucesos lo que
nos condiciona. Por este motivo una misma realidad es percibida y vivida de una
forma diferente según cada persona.
El segundo concepto es que no podemos controlar aquello que
pensamos. Los pensamientos van apareciendo en nuestra mente al igual que una
serie de fotogramas lo hacen en una película. Nosotros únicamente somos los
espectadores de dichos pensamientos. Por este motivo es inútil que intentemos
controlar o evitar nuestros pensamientos, pues van a seguir apareciendo.
Paradójicamente como más intentemos no pensar en ellos, más presentes van a
estar en nuestra mente, y mayor va a ser su efecto en nosotros.
A partir de estos conceptos básicos, podemos determinar que
el camino para cambiar nuestros pensamientos negativos no se basa en
reprimirlos, evitarlos ni luchar contra ellos, sino en racionalizar y poner en
duda el mensaje que llevan consigo.
El trabajo para recuperar nuestro bienestar consiste en no caer en la trampa de unos pensamientos que en la mayoría de ocasiones son irracionales, automáticos y dramáticos. Debemos pues empezar a cuestionar aquellos pensamientos que nos generan malestar. Este cuestionamiento empieza por no aceptar el pensamiento como algo propio, sobre el cual no tenemos ni voz ni voto; todo lo contrario, pues es importante entender que somos nosotros los que tenemos pensamientos y no al revés. No olvidemos que cuando nos dejamos llevar por el pensamiento también estamos perdiendo parte de nuestra libertad.
El trabajo para recuperar nuestro bienestar consiste en no caer en la trampa de unos pensamientos que en la mayoría de ocasiones son irracionales, automáticos y dramáticos. Debemos pues empezar a cuestionar aquellos pensamientos que nos generan malestar. Este cuestionamiento empieza por no aceptar el pensamiento como algo propio, sobre el cual no tenemos ni voz ni voto; todo lo contrario, pues es importante entender que somos nosotros los que tenemos pensamientos y no al revés. No olvidemos que cuando nos dejamos llevar por el pensamiento también estamos perdiendo parte de nuestra libertad.
A continuación os voy a poner un ejemplo de un pensamiento
negativo. Imaginemos una persona que empieza un trabajo nuevo y desconocido.
Uno de los pensamientos que pueden aparecer en este individuo es “no voy
a saber hacerlo”. Si la persona acepta este pensamiento limitante como una creencia,
como algo inamovible, sin racionalizarla ni ponerla en duda, los efectos de
este pensamiento en su nuevo trabajo van a ser muy negativos. De esta forma el
pensamiento funciona como una profecía que acaba sucediendo en la realidad. Al
cumplirse la profecía la persona evalúa la experiencia y saca como conclusión
que obviamente no sabe hacer el nuevo trabajo, dándole así la razón a su
pensamiento y generando en él un sentimiento de inutilidad e incapacidad
personal.
Este es solo un ejemplo de como un pensamiento nos puede
limitar y bloquear; ahora imagina como nos afecta a nivel emocional tener
multitud de pensamientos de este tipo ¡en un solo día!.
Con el objetivo de no caer en las trampas del pensamiento
aquí os dejo algunas recomendaciones:
1. Estamos tan acostumbrados a actuar de forma automática
cuando aparecen nuestros pensamientos que raramente nos paramos para tomar
conciencia de su mensaje. Por este motivo el primer paso es que tomes nota de
aquellos pensamientos negativos más recurrentes e intentes responder a las
siguientes preguntas: ¿Qué te dices?,
¿Cómo te lo dices?, ¿Para qué te lo dices?, ¿A dónde te lleva este tipo de
pensamiento?.
2. Toma conciencia que tú no eres quién habla en tu cabeza,
sino más bien el que escucha la multitud de pensamientos que van pasando por tu
mente. Observa a tu pensamiento como si de un observador externo se tratase.
Házte la idea que tú no eres únicamente tu pensamiento, pues eres mucho más que
eso. En palabras del sabio Jiddu Krishnamurti:
“No eres la charla que
oyes en tu cabeza. Eres el ser que escucha esa charla”.
Si quieres cambiar tus pensamientos negativos, la terapia puede ayudarte. Más información llamando o Whatsapp al 645 368 714 o bien rellena el formulario de contacto.
3. Procura racionalizar y relativizar la importancia de tus pensamientos
negativos. Piensa que la mayoría de estos pensamientos son irracionales, pues no
dejan de ser futurizaciones catastrofistas e ideas limitantes que únicamente se
encuentran en tu mente, y no en la realidad actual. Para racionalizar tus
pensamientos puedes hacerte preguntas del siguiente tipo:
“¿En qué evidencias
baso mi pensamiento?, ¿Cómo de importante es esto en mi vida?,¿Puedo controlar las
consecuencias de este pensamiento?, ¿Qué es lo peor que me puede pasar si finalmente
se cumple mi pensamiento?, ¿Cambio algo pensando en ello?, ¿Qué utilidad tiene pensar en ello?.
Estas preguntas te ayudaran a focalizarte en el presente, evitando
que te dejes llevar por la corriente negativa de tus pensamientos. Otro
ejercicio que puedes hacer es imaginarte que estos pensamientos no son tuyos,
sino de un amigo/a, y plantearte qué le dirías y cómo le aconsejarías al
respecto.
4. Toma conciencia de como reaccionas ante tus pensamientos y
como éstos te hacen sentir. Si reaccionas ante su mensaje dándole la razón y
bajando la cabeza es normal que te sientas disgustado. Prueba pues a cuestionar
y poner en duda el mensaje de tus pensamientos con preguntas del tipo;
¿Quién lo dice?, ¿A dónde me lleva este
pensamiento?, ¿Para qué tengo este pensamiento?, ¿Voy a permitir que este
pensamiento me haga sentir mal?.
5. Una vez tengas una lista con tus pensamientos negativos,
haz otra en la que incluyas otras opciones de pensamiento, más lógicas y
positivas. Deja esta lista en un lugar visible para que puedas ir asimilando
estos nuevos pensamientos. No olvides que los pensamientos son los causantes de
cómo nos sentimos, no obstante tú eres el responsable de conseguir que
pensamientos tóxicos, que hasta ahora te podían hacer sentir incapaz, insuficiente
o ridículo, pasen a ser pensamientos positivos y más congruentes con la
realidad y contigo mismo.
Leslie Beebe
Terapia Gestalt y Life Coaching Barcelona
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