Como Vencer el Victimismo
Como Vencer el Victimismo. ¿Te quejas por todo?, ¿tu discurso interno es pesimista?, ¿culpas al
mundo de tu mala suerte?, ¿utilizas la queja como una forma de reclamar la
atención de los otros? ¿te sientes rodeado de injusticias? ¿te enfadas y te
encierras en ti mismo cuando no recibes la atención deseada?, ¿proyectas la
responsabilidad de aquello que te pasa en los otros?... si has contestado que sí a una o más
de estas preguntas, puede ser que vivas tu vida desde el victimismo.
Es importante diferenciar entre dos términos; el de víctima y
el de victimismo. Todos en algún momento de nuestra vida podemos ser víctimas
de algún suceso o acto externo que nos perjudique. Ante el daño recibido lo más
saludable es la queja, para así poder expresar el dolor sufrido. Sin embargo, una vez
expresado el dolor, y si decidimos quedarnos en la posición de víctima, estamos
cayendo en el denominado victimismo.
La posición victimista es muy común en las relaciones humanas,
seguramente por la rentabilidad que en algún momento de nuestra vida hemos
obtenido de ello. Por ejemplo puede ser que de niños adoptásemos esa actitud
para influir en la conducta de nuestros padres, y ¡oh sorpresa!, la cuestión es
que nos dio resultado. Quizás en la infancia aprendimos que tomando esa
actitud, obteníamos aquello que queríamos del mundo, por ejemplo más atención,
más comprensión, más consuelo, más privilegios, etc… Llegados a la edad adulta
persistimos con el mismo patrón de funcionamiento, aunque éste se haya vuelto
disfuncional y no obtengamos los mismos resultados que cuando éramos niños.
En nuestra sociedad, mostrarse como víctima es un papel que
en un principio puede despertar la empatía y el apoyo de las
personas de alrededor. Sin embargo, cuando la persona utiliza su posición de
víctima como un hábito, intentando que los otros se sientan culpables por su
situación, la reacción del entorno puede ser totalmente opuesta a la que la
persona victimista está buscando, apareciendo entonces aspectos como el rechazo, el distanciamiento y la confrontación, entre otros.Curiosamente el victimismo es una actitud que fácilmente
identificamos en los demás, provocándonos rechazo, pero que sin embargo nos
cuesta mucho reconocer en nosotros mismos.
Todos en mayor o menor medida utilizamos, o hemos utilizado,
nuestro sufrimiento como una herramienta para manipular y obtener aquello que deseamos
de los otros; por ejemplo; ¿Quién no ha intentado generar lástima y
hacer sentir culpable al otro para obtener aquello que desea?, o bien ¿Quién no ha utilizado el victimismo como
una técnica para no responsabilizarse ante una situación determinada que
queríamos evitar?.
El problema de la manipulación victimista es que llega un día
en que se convierte en una costumbre, una forma automática e inconsciente de
funcionar por la vida. El victimismo nos lleva a pensamientos tóxicos, de
autocrítica, lo que deriva en una sensación de frustración e ira porque el
mundo y el resto de personas no se adecuan a nuestras expectativas. Adoptamos
la creencia que nuestro malestar es fruto del exterior, pero raramente nos paramos
a pensar en qué medida nosotros somos responsables de aquello que nos sucede en
nuestra vida.
Llegamos hasta tal punto que damos por supuesto que todo lo malo que
nos pasa es por culpa del resto del mundo; ya sea nuestra familia, el Karma o la mala
suerte, entre otros culpables. Cuando proyectamos la responsabilidad de aquello
que nos pasa en el exterior, difícilmente podemos ser críticos con nosotros mismos. De esta
forma llegamos a creer que son los otros quienes deben cambiar, y no nosotros,
para así adaptarse a nuestras exigencias.
Con el objetivo de que puedas vencer tu actitud victimista, a
continuación te dejo algunas pautas que pueden ayudarte:
1. Escucha tus quejas y desahogos, y toma conciencia de como éstos te hacen
sentir. Acepta que únicamente tú tienes la llave para salir de esa situación
que te provoca malestar. Ten presente que los otros no van a cambiar para
cumplir tus expectativas.
2. No esperes que los otros se hagan cargo de ti. Debes
expresar directamente tu necesidad y no
esperar que los otros la adivinen por ti. Cuando detectes la queja, no tengas
miedo a pedir, tradúcela en primera persona, expresando así de forma clara tu
necesidad.
3. Plantéate si realmente obtienes aquello que quieres cuando
adoptas una actitud victimista en tu vida. Pregúntate qué utilidad tiene y cuáles
son los beneficios que consigues al relacionarte de esa forma contigo mismo y
con el mundo.
4. Busca la motivación que te lleva a actuar así. Quizás te
des cuenta que actuando desde el victimismo buscas el reconocimiento y la aceptación
de los demás, o bien puede ser que lo utilices como una forma de mantener a las personas de tu
entorno controladas, o incluso una vía de escape para eludir responsabilidades
que no deseas tomar.
Cuando encuentres dicha motivación toma conciencia del precio
que pagas por actuar de forma victimista, por ejemplo; quizás te des cuenta que
siempre acabas reprimiendo tus verdaderas necesidades, o bien que nunca te
sientes libre para mostrarte tal y como eres ante el resto de personas.
5. Cambia tu actitud ante la crítica; cuando surja un
pensamiento negativo y destructivo hacía
ti mismo adopta un actitud activa, nunca pasiva. Pregúntate qué está en tu mano
hacer para cambiar eso que tanto te disgusta. Si hay algo que está a tu alcance
hacer, por pequeño que sea, ponte manos a la obra con ello. Mentalízate que si
adoptas una actitud derrotista y pasiva ante lo que te sucede nunca conseguirás
aquello que te propongas.
6. Evita dejarte llevar por el victimismo y la crítica.
Obviamente todos pasamos por momentos bajos en que nos sentimos víctimas de las
circunstancias. Son circunstancias en las que expresamos desde el victimismo, buscando el
apoyo y el cariño de los seres queridos. No obstante debemos tener claro que
ese estado de ánimo debe ser pasajero y nunca puede ser tomado como un hábito o
una actitud ante la vida.
7. Por último piensa que tú tienes el poder de decisión.
Cuando caemos en el victimismo pensamos que aquello que nos ocurre es
irremediable y que no se puede cambiar, adoptando una actitud pasiva ante la vida,
lo que se traduce en pensamientos negativos que dañan nuestra autoestima. Debemos
mentalizarnos que somos los únicos responsables de cambiar actitudes, formas de
proceder y de funcionar en nuestra vida, pues nadie va a hacerlo por nosotros.
Cuando adoptamos un actitud activa y de responsabilidad, nuestra autoestima
también resulta favorecida.
"Detesto el victimismo y pago sin vacilaciones el peaje de la independencia". Antonio Escohotado
Leslie Beebe
Terapia Gestalt en Barcelona
Comentarios