Aprender a gestionar las emociones
Aprender a gestionar las emociones. En los últimos años se ha
hablado de incluir la enseñanza de la gestión emocional en las escuelas,
aunque hoy en día sigue siendo un tema pendiente en la mayoría de los centros
de enseñanza. Aprender a identificar y gestionar nuestras emociones debería ser
un tema prioritario en las escuelas, por delante de la enseñanza de valores y
contenidos académicos. Sin duda, este tipo de aprendizaje nos ahorraría muchos
de los problemas emocionales que sufrimos posteriormente en la edad adulta.
Sin embargo, se ha comprobado que nuestro aprendizaje
emocional empieza mucho antes de ir a la escuela; en los primeros instantes de
vida ya empezamos a aprender sobre el mundo y sobre las emociones. De hecho
algunos estudios afirman que este aprendizaje emocional empieza antes, en el útero
materno. La psicobióloga Vivette Glover, del Imperial College de Londres, ha
realizado estudios en los que constata que los niveles prenatales de ansiedad
en la mujer embarazada afectan al bebé. La forma como se desarrolla el bebé en
la matriz no solo está influenciada por la alimentación y los factores
ambientales, sino también por las emociones maternas. De estos estudios se
desprende que sufrir de ansiedad y estrés durante el embarazo duplica el riesgo
de que el niño manifieste problemas de atención y
trastornos como la hiperactividad.
En los estudios llevados a cabo por la doctora Glover se
descubrió que las mujeres que sufren de ansiedad reducen el flujo sanguíneo que
llega al bebé. Así mismo se ha comprobado que como más elevado es el nivel de
cortisol en el líquido amniótico que rodea al bebé, más bajo es el nivel del
coeficiente intelectual del niño después. Es decir que niveles altos de
cortisol pueden afectar al cerebro, y por tanto al aprendizaje.
Los primeros años de vida van a ser decisivos para nuestra
salud emocional. Hasta los cinco años de vida, aproximadamente, es cuando se
conforman los grandes patrones emocionales que van a formar la base de nuestra
personalidad futura. Durante estos primeros años aprendemos si somos dignos de
ser amados, si podemos confiar en el entorno que nos rodea pues nos da
protección y seguridad. Por el contrario puede ser que nos encontremos con
ambientes hostiles, fríos, percibiendo el mundo como un lugar peligroso, donde
es mejor esconderse y en el cual el miedo prevalece por encima del amor.
Si durante estos primeros años de nuestra infancia el entorno
es agresivo o inseguro, entramos en el modo de supervivencia, donde tendemos a
reducir energías, cerrándonos al amor y desconfiando del mundo. De esta forma
se pierde la ilusión, lo que nos afectará física y mentalmente, condicionando
los patrones de relación y conducta futuras.
Como niños necesitamos sentirnos seguros, protegidos y
arropados en conexión con los demás y con el mundo que nos rodea. En este
sentido, no solo la educación emocional en la escuela juega un papel fundamental,
sino que los padres, desde la llegada al mundo del niño, pueden contribuir al
desarrollo de una buena salud emocional. Es importante que los padres aseguren a sus hijos este espacio
seguro, para que así los niños se sientan en confianza para abrirse al mundo.
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Es una realidad que la mayoría de los adultos carecemos de
una gestión emocional saludable, por este motivo, es improbable que tengamos
las herramientas para transmitir ese conocimiento a nuestros hijos. En consecuencia muchas veces repetimos patrones y dinámicas familiares heredadas, que no
contribuyen a una buena salud emocional.
Aprender a gestionar nuestras emociones en la edad adulta no
es tarea sencilla ni rápida, requiere de tiempo y compromiso, el cual muchos de
nosotros no estamos dispuestos a invertir. La terapia y el acompañamiento
emocional son servicios que nos ayudan en el aprendizaje de nuestro campo
emocional, pues solo de esta forma podremos dejar esa herencia a
nuestros hijos.
Realizar un proceso de autoconocimiento, aprendiendo a
identificar y regular nuestras emociones, no solo aportará un beneficio a
nuestra salud física y emocional, sino que también nos habilitará para romper patrones
de relación con nuestros hijos que no son saludables.
Si quieres empezar un camino de autodescubrimiento personal y
mejora en la gestión de tus emociones, la terapia puede ayudarte. Para más información puedes seguir
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368 714.
Leslie Beebe
Tel.645 368 714
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