Como abordar el autosabotaje
Como abordar el autosabotaje. En más ocasiones de las que podemos esperar, no alcanzamos las metas que nos proponemos. Es una realidad que a veces la vida no se alinea con nosotros para conseguir nuestros propósitos, sin embargo, en muchas otras ocasiones, somos nosotros quien nos ponemos las trabas para alcanzar nuestros objetivos. En estos casos hablamos del denominado autoboicot o autosabotaje.
Cuando nos dejamos llevar por el autosabotaje nos paralizamos
para alcanzar nuestros objetivos, siendo nosotros mismos quien nos cerramos la
puerta a vivir la experiencia, al creer que no somos capaces de tener éxito en
nuestro empeño.
El autosabotaje incluye creencias, pensamientos, actos y
conductas (conscientes o inconscientes) que nos impiden cumplir con nuestros
propósitos. Esta actitud se centra en evitar, huir o simplemente no actuar
cuando debemos mover ficha e ir hacia lo que deseamos. El autosabotaje nos
refugia en nuestra zona de confort, en la que nos sentimos cómodos, evitando
así que nos aventuremos hacia lo desconocido. Distintos miedos sustentan esta
actitud, como el miedo a sufrir, el miedo a fallar, el miedo al éxito o el
miedo a no dar la talla, entre otros.
Entre los factores que influyen en este autoboicot, podemos
destacar los siguientes:
El autoconcepto: El autoconcepto es la imagen que tenemos de
nosotros mismos. Dentro del autoconcepto podemos encontrar dos partes; la
identidad individual; relacionada con nuestro temperamento y personalidad
única, y la identidad social, la cual se vincula con las relaciones que
mantenemos a nivel social con otros grupos de población; como puede ser el
lugar donde vivimos, la religión, la cultura o el propio entorno familiar, por
enumerar algunos. Ambas partes van formando la imagen que tenemos de nosotros
mismos, es decir el autoconcepto.
Aunque el autoconcepto se forma en gran medida en los
primeros años de vida, la realidad es que una vez somos conscientes de él,
podemos trabajar para formar una visión más realista y a la vez más saludable
de nosotros mismos. La infancia y la adolescencia son las épocas más decisivas
en la formación de nuestro autoconcepto.
Personas que vivieron infancias o adolescencias traumáticas, en las que no recibieron el apoyo y el cariño de sus padres, con tipos de apego inseguros o ansiosos a nivel familiar, pueden haber desarrollado una pobre imagen de sí mismos, lo que alimentará la creencia de que no son capaces de conseguir aquello que se propongan, dudando así de sus capacidades.
Asimismo, en aquellos casos en que los padres han sobreprotegido a sus hijos, no
dejándoles experimentar por si mismos, ni tampoco dándoles la confianza de creer en
sus capacidades, también son casos susceptibles de instaurar el patrón del
autosabotaje en el futuro adulto.
La autoestima: otro factor que influye en el autoboicot es el
estado de nuestra autoestima. La autoestima se refiere a la medida en que nos
gustamos, aceptamos y validamos a nosotros mismos. La autoestima es un factor a
trabajar durante toda nuestra vida, pues múltiples experiencias pueden provocar
que ésta se tambalee, como puede ser una ruptura sentimental, o la pérdida de
un trabajo. Mantener un nivel de autoestima saludable nos ayuda a creer en
nuestras posibilidades ante los retos que puedan aparecer en nuestra vida,
ayudándonos a salir de nuestra zona de confort. Por el contrario, huir o evitar
experiencias, quedándonos en nuestra zona de confort, aunque puede aportarnos
una sensación de alivio en un primer momento, la verdad es que a largo plazo
daña nuestra autoestima, al hacernos sentir inseguros y poco capaces de asumir
nuevos retos.
Las creencias limitantes. Este tipo de creencias influyen de
forma negativa en el estado de nuestra autoestima, y distorsionan el
autoconcepto que mantenemos sobre nuestra persona. Pensamientos del tipo; “no
valgo”, “soy estúpido”, “los otros pueden pero yo no”, “no voy a conseguirlo”…
son todos ellos ideas derrotistas que nos llevan a no actuar para alcanzar
nuestras metas.
Asimismo, la forma a través de la cual nos autoboicoteamos
también difiere según cada caso. Entre las principales formas de autoboicot, podemos
destacar las siguientes:
Procastinación. La procastinación significa posponer o
retrasar las cosas que tenemos pendientes. Los motivos son varios; puede ser por
un exceso de perfeccionismo, por el miedo a no estar a la altura, por el miedo
a fallar o bien por la dificultad para poner límites, entre otros.
Justificación. Las justificaciones y excusas son otra forma
que tenemos de no asumir las responsabilidad de pasar a la acción y poder
cumplir con nuestros objetivos.
Proyección. La proyección es un mecanismo de defensa a través
del cual atribuimos a otras personas las virtudes o carencias propias. Por
ejemplo puedo poner el rechazo que siento hacia mí mismo en otras personas, culpándoles
porque son los otros quien me rechazan, y por este motivo soy incapaz de alcanzar
mis metas. Utilizando la proyección lo que hacemos es huir de nuestra responsabilidad sobre nuestra persona, y sobre aquello que nos sucede en la vida.
Tolerancia a la frustración. Otro aspecto que influye a la
hora de autoboicotearnos es la baja tolerancia a la frustración. Vivimos en una
sociedad tecnológica muy exigente y rápida a la vez, en que habitualmente
podemos obtener aquello que deseamos de una forma casi automática, gracias a
las nuevas tecnologías. Esta facilidad para disponer de aquello que deseamos en
un tiempo record, ha influido en que nuestra tolerancia a la frustración sea
mucho menor que en el pasado; es decir que cuando deseamos obtener algo que
requiere de un esfuerzo y constancia por nuestra parte, la respuesta suele ser
que acabamos abandonando, debido a la falta de gratificación que experimentamos a
corto plazo.
A continuación te comento algunas pautas que pueden ayudarte
a lidiar con el autoboicot hacia ti mismo.
1.
Identifica
en qué áreas de tu vida te autoboicoteas
El autoboicot puede darse en distintos
aspectos de nuestra vida. Con el objetivo de ponerle remedio, identifica en qué
áreas te cierras las puertas para conseguir tus metas; si es en el área
laboral, afectiva, familiar, académica…
2.
Pon
en un papel tus objetivos y metas
Cuando ponemos por escrito nuestros
objetivos, generamos un mayor nivel de compromiso con nosotros mismos para
cumplirlos, al igual que si compartimos y hablamos de esos objetivos con otras
personas.
Respecto a tus objetivos procura elaborar
un plan de acción que siga los criterios SMART, es decir que los objetivos que
te plantees cumplan con las siguientes características: S- Specific
(específicos), M-Measurable (cuantificables), A-Attainable (alcanzables), R-Relevant
(relevantes) y T-Time-bound (de duración determinada en el tiempo).
3.
Realiza
pequeños pasos para alcanzar tu meta. La idea de tener que cumplir con todas
las tareas que tenemos pendientes, nos puede generar ansiedad y hacer que nos
quedemos inmóviles. Por este motivo, establece pequeñas metas o tareas a corto plazo y
dáte una recompensa cuando las alcances. Esta actitud nos ayuda a no agobiarnos, al ver que cada vez estamos más cerca de nuestra meta final.
4.
Se
paciente y realista. La mayoría de metas que valen la pena alcanzar en esta
vida requieren de un esfuerzo y una constancia por nuestra parte, simplemente no hay
atajos. En tal sentido debes procurar ser realista y no impacientarte en la
obtención de resultados; si eres constante y perseverante en el camino hacia tu
objetivo, tienes muchos números de tener éxito.
5.
Revisa
tu diálogo interno. Toma conciencia de la forma en qué te hablas y de aquello
que te dices a ti mismo. Intenta cambiar tus pensamientos limitantes y
negativos por otros de positivos que contribuyan a motivarte en la consecución
de tus objetivos. Asimismo, procura hablarte con comprensión, empatía y
respeto, igual que lo harías con otras personas.
6.
Acepta
tus miedos. Es normal que plantearse nuevos retos sea sinónimo de incertidumbre
y miedo, pues nos dirigimos hacia lo desconocido. No obstante, procura que ese
miedo no te bloquee y te impida pasar a la acción. Recuerda que la mayoría
estos miedos que te limitan son más producto de tu mente, que no de una
realidad que pueda llegar a suceder. No olvides que puedes pasar a la acción
aunque sea con miedo, y si es así, no te juzgues por ello, recuerda que todos
tenemos miedo a algo.
7.
Procura
encontrar un equilibrio en tu vida. Es importante que intentes mantener una
estabilidad en tu vida a todos los niveles; mental, físico, emocional y
espiritual. Aspectos como llevar una dieta saludable, descansar las horas
necesarias, realizar ejercicio físico de forma periódica, fijarse retos en la
vida, así como disponer de un entorno de confianza en el cual nos sintamos
apoyados y aceptados por otras personas, son elementos fundamentales para
alcanzar nuestras metas.
8.
Se
flexible. Es importante que no busques el perfeccionismo en los resultados y
seas flexible ante las incertidumbres que aparecen en la vida; procura reducir la exigencia contigo mismo, y evita querer tenerlo todo bajo control, pues ambas actitudes nos conducen a sentirnos frustrados y en última instancia al autosabotaje.
Debes recordar que el perfeccionismo
no existe, pues la realidad depende de la visión particular con la que cada uno
de nosotros percibimos la realidad. En ocasiones, la búsqueda de perfeccionismo
no deja de ser más que un mecanismo evitativo que utilizamos para quedarnos en
la pasividad, utilizándo este afán de perfeccionismo como una excusa para no alcanzar nuestras metas.
9.
Abandona
la comparación. Procura no compararte con otras personas, pues cuando lo
hacemos suele ser desde un nivel inferior respecto a la persona que nos
comparamos, lo que nos conduce a sentirnos inferiores y al autoboicot. La
comparación únicamente tiene su sentido de ser si se hace desde la motivación
para mejorar en nuestro camino personal, pero no para juzgarnos y
culpabilizarnos por no ser como otras personas.
10. Cuidado con las expectativas. Tener
unas expectativas demasiado altas, que no se corresponden con la realidad, o basadas
en una visión idealizada de la vida, nos lleva a la frustración y al autoboicot.
En tal sentido, fíjate unas metas alcanzables y realistas con tu situación, que
te permitan avanzar y crecer según tus deseos y tus aptitudes personales.
Si sientes que eres tú mismo/a quien se pone piedras en el
camino para alcanzar las metas que te propones, no lo dudes, la terapia puede
ayudarte. Para más información sigue ESTE ENLACE.
Leslie Beebe
Psicoterapia Humanista y Counselling
http://www.ansiedad.barcelona/
http://ansiedad-depresion-barcelona.blogspot.com.es/
https://www.youtube.com/LesliebeebeBlogspot
http://www.saludterapia.com/terapeutas/t/f/4685.html
https://es.pinterest.com/barcelonaguide/terapia-ansiedad-depresion-barcelona/
Comentarios