Como enfrentar los pensamientos obsesivos
Como enfrentar los pensamientos obsesivos. Todos en algún
momento de nuestra vida hemos pasado por situaciones difíciles, en que ha
surgido una preocupación que ha ocupado gran parte de nuestros pensamientos.
Este tipo de pensamientos se repiten en nuestra mente, dándonos la sensación qué
no nos los podemos quitar de la cabeza, y peor aún, sentimos que no tenemos ningún
control sobre ellos.
Estos pensamientos se caracterizan por ser intrusivos y
repetitivos, nos agotan y nos dejan sin energía; no obstante debemos distinguir
entre dos tipos de pensamientos dependiendo del tipo de preocupación.
El primer
tipo son aquellos pensamientos que hacen referencia a una preocupación
relacionada con un hecho actual de nuestra vida, o que quizás vaya a suceder en
un corto espacio de tiempo. Por ejemplo un examen importante que debamos pasar
la semana próxima.
En este caso la preocupación nos sirve como un estímulo para
estudiar y prepararnos para pasar la prueba, siendo un problema respecto al
cual existe una solución. Cuando surge la preocupación podemos
actuar, y tomar cartas en el asunto; por ejemplo planificarnos las
horas de estudio, buscar a alguien que nos ayude con posibles dudas que nos
surjan, o bien asegurarnos de obtener un buen descanso y comer bien los días
anteriores a la prueba, para así lograr el mejor resultado posible. En este
caso tenemos la posibilidad de ocuparnos de dicha preocupación, para que así
ésta disminuya.
El segundo tipo de pensamiento no hace referencia a un hecho de
la realidad, sino a preocupaciones que aparecen y que están relacionadas con fantasías
que emergen en nuestra mente. Mientras que en el primer tipo nos preocupamos por
un hecho real, en el segundo caso nuestra preocupación se centra en un
pensamiento. En este caso, no tenemos la oportunidad de tomar acción y ocuparnos
de la preocupación, pues ésta no se encuentra en nuestra realidad, sino solo en
nuestra imaginación.
Este tipo de pensamientos son los más problemáticos, pues si
no se gestionan correctamente pueden acabar ocupando gran parte de nuestro
tiempo y energía, desembocando en el peor de los casos en un trastorno
obsesivo. Son pensamientos que suelen ir acompañados de síntomas como el estrés
o la ansiedad, y con frecuencia se centran en asuntos que perturban a la
persona. Algunos de estos pensamientos pueden estar relacionados con aspectos íntimos
como la sexualidad, la violencia o la religión, entre otros. Por ejemplo puede
ser que la persona empiece a cuestionarse su identidad sexual, tener
pensamientos blasfemos sobre sus creencias religiosas o bien experimentar
pensamientos violentos sobre hacerse daño a sí mismo, o bien hacer daño a un
miembro de la familia.
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Cuando la persona toma conciencia de este tipo de pensamientos
suele empezar a preocuparse sobre su significado, a la vez que también empieza
a juzgarse y a culpabilizarse por tenerlos. Así mismo es habitual que aparezca
la creencia que quizás se esté sufriendo de algún tipo de trastorno mental, lo
que aún acrecienta más la preocupación por tener este tipo de pensamientos.
Algunos de los mensajes que pueden aparecer en estos casos son del tipo:
“¿Cómo puedo estar pensando algo tan terrible?”, “creo que me estoy
volviendo loco”, “no puedo pensar eso, yo no soy así”, “qué pensaría mi familia
si supiese lo que pienso”, “esto no es propio de mi”, etc…
Con el objetivo de poder gestionar este tipo de pensamientos,
a continuación te dejo unas pautas que pueden ayudarte:
1. En la gran mayoría de situaciones este tipo de pensamiento
no es síntoma de padecer ningún trastorno mental, por lo que puedes quedarte
tranquilo en este sentido, simplemente es un indicador de una gestión emocional
deficiente. En estos casos la terapia puede ayudarte a conocer aquello que se esconde
detrás de estos pensamientos, lo que te permitirá recuperar tu equilibrio
emocional.
2. Es importante que tomes conciencia que los pensamientos
son solo eso, pensamientos, y por tanto no son la realidad. En este sentido
piensa que tú no eres tus pensamientos, sino únicamente la conciencia que los
observa. Debes tener claro que el pensamiento no define quien eres, mentalízate
de lo siguiente: “el pensamiento
simplemente sucede, pero no es quien yo soy”.
3. Todo el mundo tenemos multitud de pensamientos a lo largo
del día, muchos de ellos negativos y perturbadores, sin embargo la diferencia es
que la mayoría de nosotros los dejamos pasar, sin darle mayor importancia a
aquello que pensamos. Cuando nos focalizamos en pensamientos inquietantes y no
los dejamos ir, lo que hacemos es cargar más la negatividad que éstos llevan
consigo, por lo que nuestros niveles de estrés y ansiedad aumentan. Piensa que tú eres el único
responsable de darles una importancia que no merecen.
4. Adopta una actitud asertiva y a la vez más flexible
respecto a tus pensamientos; cuando aparezcan puedes responderles con frases
del tipo: “¿Y qué?”, “No eres importante”
o “Ya te escuché, ahora seguiré con lo mío”. No debes juzgarte ni sentirte
mal por tener este tipo de pensamientos, pues como hemos dicho todos en mayor o
menor medida los tenemos. No eres ni mejor ni peor persona por ello.
5. Acepta que no podemos escoger aquello que pensamos, los
pensamientos emergen por sí mismos. Querer controlarlos o bien reprimirlos
únicamente resultará en el efecto contrario al esperado. Cuando aceptas el
pensamiento, no le estás dando la atención ni la energía que necesita para que
pueda afectarte negativamente.
6. Cuando aparezcan este tipo de pensamientos debes evitar focalizarte
en ellos, pues como hemos comentado anteriormente la continua atención en éstos es lo que acrecienta el efecto perjudicial que tienen en tu persona. De esta
forma es importante que cuando aparezcan dejes tu mente y te focalices en la
actividad que estés haciendo en el momento presente. No se trata de evitar o
reprimir el pensamiento, sino que únicamente debes decirte a ti mismo que no
vas a malgastar tu precioso tiempo dándole importancia a este tipo de
pensamientos.
7. Es importante que tomes conciencia que en última instancia
eres tú quien decide qué hacer con tus pensamientos, y si llevar a cabo o no aquello
que te dicen, ten claro que tú tienes el poder para actuar, no ellos. Si
revisas tu pasado con toda seguridad te darás cuenta que nunca has hecho
aquello tan terrible que tus pensamientos te dicen, y que por tanto siempre has
actuado de acuerdo a tu forma de ser en todo momento, entonces ¿Por qué debería ser diferente esta vez?.
Para terminar, y como hemos mencionado anteriormente, este
tipo de pensamientos son un síntoma indicativo que tenemos algún asunto
emocional que no estamos gestionando correctamente. De esta forma, acudir a
terapia permite conocer el origen de estos pensamientos y reducir la
importancia que éstos tienen en nuestra vida, permitiéndonos recuperar nuestro
equilibrio emocional y bienestar.
Si quieres conocer más sobre los pensamientos obsesivos, aquí
te dejo otro de mis artículos sobre el tema:
"Todo hombre puede ser, si se lo propone, escultor de su cerebro" Santiago Ramón y Cajal
Leslie Beebe
https://www.facebook.com/TerapiaBcn/https://lnkd.in/ea6As2C
https://www.milanuncios.com/psicologos/terapia-gestalt-en-barcelona-296562125.htm
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