El síndrome postvacacional


El síndrome postvacacional. Llega septiembre y eso es sinónimo de vuelta al trabajo para la mayoría de nosotros. Después de unas semanas de descanso, sin horarios ni presiones laborales, toca volver a la rutina y a las responsabilidades del día a día. Este hecho puede conducir al denominado síndrome postvacacional. Se estima que en España más del 40% de los trabajadores sufrirá en mayor o menor medida este trastorno.

Síndrome postvacacional

El síndrome postvacacional no es una patología sino un trastorno adaptativo caracterizado por la aparición de sentimientos como la melancolía y la irritabilidad, así como síntomas físicos como el cansancio, la ansiedad o la angustia, los cuales aparecen como una resistencia psicológica a tener que adaptarse de nuevo a la vida laboral, y a las responsabilidades que ésta comporta.

Las personas menos resilientes, y que tienen una menor tolerancia a la frustración, los que disfrutan de largos periodos vacacionales, o las personas que trabajan en un entorno laboral conflictivo, son las más susceptibles de sufrir este síndrome.

Entre los principales síntomas del síndrome postvacacional destacan; la apatía, la falta de energía, el nerviosismo, el estrés, la dificultad para conciliar el sueño, la falta de apetito o la tristeza, entre otros. La duración del síndrome postvacacional es de una a tres semanas, aproximadamente. En caso de que los síntomas persistan después de este periodo sería aconsejable acudir a un profesional médico.

La mejor opción para combatir el síndrome postvacacional es prevenir su aparición. Con esta finalidad, seguidamente os presento algunos consejos que pueden resultaros útiles:

1.  Seguramente que durante las vacaciones hemos variado nuestros horarios, por este motivo es recomendable regular nuestro biorritmo al de la vida diaria. En este sentido es importante que días antes de la finalización de las vacaciones empecemos a fijar nuestros horarios; por ejemplo ir adelantando la hora de acostarnos y la de levantarnos una semana antes. De esta forma la incorporación al horario laboral no nos costará tanto.

2. Si se tiene la posibilidad, es preferible no incorporarse al trabajo un lunes; así la semana será más corta y el paso de la inactividad a la actividad laboral se producirá de forma progresiva.

3. Cuando volvemos de vacaciones lo hacemos con las pilas cargadas, con nuevas energías. En consecuencia sería aconsejable utilizar esa energía para proponernos nuevos retos y desafíos, ya sea en el ámbito laboral o fuera de él.

4. Es recomendable no volver de vacaciones justo el día anterior a la vuelta al trabajo, sino varios días antes. Esto nos permite prepararnos física y mentalmente ante la idea de volver a la actividad laboral.

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Lo importante para evitar caer en síndrome postvacacional es hacer que el paso de las vacaciones a la vida laboral sea lo menos brusco posible, afrontando con la mejor de las actitudes la desmotivación que supone volver a la realidad.

Una vez reiniciamos la actividad laboral, sería aconsejable seguir unas pautas de readaptación al trabajo y a la rutina diaria. Seguidamente os comento algunas de ellas:

1. Empieza de forma gradual con la intensidad del trabajo; priorizar y delegar tareas puede ser muy recomendable en los primeros días de trabajo, para así no saturarte a las primeras de cambio. Es importante que no quieras trabajar al 100% desde el primer día, sino que lo hagas de forma progresiva.

2. No te lleves trabajo a casa y encuentra actividades para desconectar. Es habitual que durante las vacaciones hayamos dedicado más tiempo a actividades de ocio, por ejemplo practicar ejercicio físico. En este sentido sería recomendable que no dejases estas actividades de golpe, sino que las puedas compaginar con la rutina laboral. También sería aconsejable mantener estas actividades a lo largo del año.

3. La reincorporación al trabajo significa el inicio de una nueva etapa. Podemos aprovechar este comienzo para plantearnos nuevas actividades, algunas de ellas pueden estar relacionadas con el cuidado físico y emocional de nuestra persona, como el yoga o la meditación entre otras.

4. Acepta que los primeros días quizás te cueste dormir, o estés más nervioso de lo habitual; es completamente normal ante la idea de tener que volver al trabajo. No somos máquinas, y debemos tener en cuenta que el cuerpo necesita de un tiempo de adaptación para volver a la rutina. Date permiso para estar así, no te juzgues ni culpabilices por ello. Forzarte a tener que estar bien solo te conducirá a sentirte peor y a estar más ansioso.

5. Racionaliza el uso del móvil y de las nuevas tecnologías. Evita utilizar el móvil para temas de trabajo, como contestar mails, una vez acabes tu jornada laboral. Prueba a dejar el móvil en casa y sal a dar un paseo sin él, simplemente siendo consciente del presente y de aquello que te rodea.

6. De la misma forma, evita que lo primero que hagas por la mañana sea mirar el móvil. La alarma del despertador ya nos pone en alerta, al sacarnos de golpe de nuestro apacible sueño, si a esto se le añade los estímulos que recibimos a través del móvil (mensajes, correos, imágenes…), todo ello contribuye a que empecemos el día con un mayor nerviosismo.

7. Racionaliza el consumo de café o te y las bebidas excitantes. Evita tomar este tipo de bebidas antes de ir a dormir. Si tomas café por la mañana mejor que esperes un par de horas a tomártelo después de levantarte. El motivo es que el consumo de café provoca que el cuerpo genere cortisol. El cortisol es una hormona que el cuerpo produce de forma natural durante las primeras horas del día. Tomar café cuando los niveles de cortisol en el cuerpo son elevados nos provoca un aumento del estrés.

8. No te levantes con el tiempo justo. Ir a contra reloj provoca que tengamos la sensación que no llegamos a todo aquello que tenemos que hacer, generándonos estrés de buena mañana. La vuelta al trabajo puede ser un punto de inflexión para cambiar estos patrones de funcionamiento. Prueba irte a dormir y levantarte diez minutos antes de lo que estás acostumbrado/a y verás la diferencia.

9. Un remedio muy eficiente para estos primeros días de vuelta al trabajo, caracterizados por un mayor nivel de estrés, es el ejercicio físico. Si no encuentras momentos durante el día para practicar deporte, puedes probar a ir al trabajo a pie, o si eso no es posible, al menos hacer una parte del trayecto a pie. Caminar de buena mañana te ayudará a oxigenarte, a la vez que tu cuerpo y tu mente se van despertando, reduciendo tus niveles de estrés y nerviosismo característicos de estos días.

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10. Limita en lo posible el consumo de psicofármacos para calmar la ansiedad y la dificultad para dormir de estos primeros días. Antes de consumirlos, deberías consultar con el médico, para que te de la pauta correcta para tomarlos.

Espero que estas recomendaciones te ayuden a enfrentar la vuelta al trabajo de la mejor forma posible, sin embargo si el malestar se alarga en el tiempo, perjudicando tu vida personal y laboral, sería recomendable que pidieses ayuda profesional.

La terapia puede facilitarte la reincorporación al trabajo, así como ver si existe alguna otra causa detrás de los síntomas del síndrome postvacacional.

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Si quieres conocer más sobre el síndrome postvacacional, te dejo con otros de mis artículos sobre el tema:




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