Como la terapia puede ayudarte
Como la terapia puede ayudarte. Durante años la terapia era vista por la mayoría de la sociedad como un remedio para personas mentalmente enfermas. Por este motivo muchas personas que acudían a terapia lo hacían de forma secreta, sin decirlo a sus amistades y conocidos, por el estigma que eso conllevaba. La terapia era un tema tabú, pues decir que se acudía a terapia era como admitir que se sufría de algún trastorno mental.
Personalmente, y por mi experiencia profesional, creo que hay dos
elementos básicos que hacen que una terapia funcione:
El primero es el nivel de implicación y de constancia
personal que estemos dispuestos invertir en el proceso de terapia (y digo
proceso porqué terapias con resultados rápidos y a la vez duraderos no existen, y si las encontréis, no os fieis de ellas). Como todo éxito que queramos obtener en nuestra vida, se requiere de tiempo y esfuerzo, sin eso no hay resultados que perduren en el tiempo. Esto no significa que una terapia tenga que prolongarse durante años para ser efectiva, nada más lejos de la realidad, sino que los resultados se van consiguiendo de forma progresiva.
El segundo elemento que hace exitosa una terapia es el grado
de conexión con el terapeuta. Es fundamental que como pacientes nos sintamos
cómodos, percibiendo que somos escuchados y atendidos por nuestro terapeuta. De esta forma se favorece la formación
de un vínculo terapéutico de confianza entre ambos.
No soy de aconsejar a nadie sobre el
tipo de terapia a realizar, pues esto es muy personal, pues aquello que le puede ir bien a uno quizás a otro no; pero sí me gusta desaconsejar todos aquellos
profesionales, o tipos de terapias que prometen resultados rápidos, o bien aquellas
terapias que se ofrecen a precios astronómicos. Para poneros un ejemplo, alguien me habló de una
terapia de resultados rápidos, la duración era de dos a tres sesiones, y el precio rondaba unos 1000 euros. Ante este tipo de anuncios, como dice el dicho; “agarra el dinero y corre”. Los terapeutas hacemos terapia, ni magia ni milagros.
Como paciente, y también como profesional, puedo asegurar que la terapia es un camino, y como tal no siempre resulta agradable, al contrario. La terapia es un proceso que cuenta con momentos en que aparecen emociones y sentimientos desagradables como la culpa, el miedo, el dolor o la tristeza, entre otros. Sin embargo, ocuparnos de aquello que nos es incómodo, pudiendo atender, comprender y aceptar aquello que hasta ahora habíamos rechazado de nuestra persona, nos conduce a contactar con un yo más genuino de nosotros mismos, y sin duda esta incomodidad vale la pena al final, con los resultados obtenidos en la terapia.
Vivir conlleva una experiencia continua, y es en este camino que vamos acumulando vivencias de todo tipo. Muchas de estas experiencias no son agradables, sin embargo nuestra reacción ante ellas suele ser de evitación en vez de confrontarlas. Al evitar favorecemos que estas vivencias no sean digeridas, cargándolas así en nuestra mochila emocional.
A lo largo de los años el peso emocional se acumula en nuestras espaldas, principalmente con experiencias desagradables, que hemos preferido no enfrentar. Algunas de estas experiencias son: vivencias traumáticas, rencores, culpas, emociones reprimidas...entre otras. Al no enfrentarlas estas vivencias se quedan enquistadas en nosotros, y no será hasta que decidamos ocuparnos de ellas que volverán a repetirse en nuestra vida.
Todo el material que llevamos en nuestra mochila emocional influye
directamente en aspectos tan relevantes de
nuestra vida como son la autoestima, el autoconcepto, la forma como nos tratamos,
o el tipo de relación que mantenemos con el resto de personas… por nombrar
algunas.
Si persistimos en no querer ocuparnos de estas vivencias dolorosas o desagradables, llega un momento en nuestra vida cuando la carga de esta mochila es demasiado pesada. Cuando esto sucede, el cuerpo habla, y el malestar se somatiza mediante síntomas físicos como los relacionados
con la ansiedad o los trastornos depresivos. Este tipo de síntomas son señales que nos urgen a mirar que nos está pasando. Solo tomando conciencia de aquello que nos sucede podremos recuperar nuestro bienestar personal. Es ante estos momentos de dificultad, que buscar
ayuda terapéutica se convierte en una necesidad.
Si sientes que estás pasando por una época difícil, sufres de ansiedad, depresión, tienes baja autoestima o bien vives con una sensación de vacío con la que no sabes como lidiar, la terapia es la ayuda que estás buscando.
Puedes contactar conmigo en ESTE LINK o bien llamar/whatsapp
al 645 368 714, y te informaré sobre las sesiones. Ofrezco una primera sesión
gratuita y sin compromiso en la que te explicaré más en detalle como la terapia
puede ayudarte.
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Leslie Beebe
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