Como superar la ansiedad sin medicación
Como superar la ansiedad sin medicación. Durante la vida la mayoría de nosotros pasamos por momentos en que no nos sentimos bien, sin que aparentemente exista una razón para ello. Nos levantamos sintiéndonos nerviosos, con una presión en el pecho, el pulso acelerado, y con una cascada de pensamientos en forma de preocupaciones que no sabemos cómo parar. Éstos son algunos de los síntomas más comunes que definen la ansiedad.
La ansiedad se convierte en un problema cuando este sistema
se activa sin motivo, o bien cuando no existe una proporción entre la amenaza
detectada y el grado de respuesta del organismo. En estos casos, un sistema adaptativo y
eficiente que se activa ocasionalmente, se convierte en un sistema ineficaz y
disfuncional, que se mantiene activado incluso en situaciones de reposo.
Cuando esta disfuncionalidad se mantiene en el tiempo,
podemos estar hablando de un trastorno de ansiedad. Uno de los trastornos de
ansiedad más comunes es el denominado como trastorno de ansiedad generalizada.
Este trastorno se caracteriza por vivir en un estado de alerta casi constante,
en que nuestra percepción de peligro está a flor de piel. Si quieres conocer
más sobre este trastorno, puedes leer ESTE ARTÍCULO.
¿Por qué aparece la
ansiedad? Las situaciones
que pueden desencadenar la ansiedad en nuestra vida son múltiples, no obstante
la clave de la ansiedad no es tanto el estímulo que la provoca, sino la valoración
que nosotros hacemos de la situación que la desencadena.
La facultad que como seres humanos tenemos de prever las
consecuencias de un acto en el futuro tiene un doble filo; por un lado nos
permite ser precavidos, evitando daños futuros. Por otro lado provoca que
muchas veces nos preocupemos de situaciones que solo existen en nuestra fantasía,
sin tener una constancia real de ello en el presente. Por ejemplo, cuantas
veces sentimos ansiedad ante un acontecimiento futuro, para después darnos
cuenta, una vez que éste ha pasado, que en realidad no era tan terrible como
nosotros pensábamos.
Cada uno de nosotros percibimos la vida desde unas lentes
particulares y singulares. La valoración que hacemos de las situaciones de la
vida depende de múltiples factores como la genética, el carácter, las
experiencias de vida …. todas ellas nos condicionan, y en múltiples ocasiones
nos hacen sentir que no somos capaces de enfrentarnos a las pruebas que nos
pone la vida. Esta falta de confianza en nuestras habilidades provoca una pobre
percepción de nosotros mismos y de nuestras habilidades, lo que nos conduce a mantener una baja autoestima, y a tener unas creencias desvalorizadoras
sobre nuestra persona. Este tipo de creencias deriva en pensamientos
limitantes, lo que nos lleva a ver el futuro de una forma mucho más pesimista
de lo que realmente es. En resumen, podemos afirmar que la mayoría de casos de
ansiedad proceden de una falta de conocimiento de nosotros mismos, así como de
una gestión de nuestras emociones y de nuestros pensamientos ineficiente.
Cuando estos pensamientos catastróficos sobre el futuro pasan
por nuestra mente, activan nuestro sistema de detección de amenazas, al creer que
no vamos a ser capaces de enfrentarnos a estos retos, activándose así la
ansiedad. En estos casos la ansiedad no se activa por un estímulo externo presente,
sino por toda una serie de pensamientos que trasladan nuestra mente, o bien a un
futuro inquietante, o bien a un pasado traumático. Nuestro sistema de detección de
amenazas no es capaz de distinguir si el peligro se encuentra en el presente, o
en el futuro; el miedo que sentimos en ambos casos es igual de real para
nosotros.
La ansiedad se convierte en un trastorno cuando se instala en
nuestra vida. En estos casos nuestro pensamiento se desconecta del presente,
empezando a darle vueltas y vueltas a este tipo de pensamientos, sin encontrar
una salida, provocando que los síntomas de la ansiedad aumenten.
Entonces,¿qué podemos
hacer si sentimos que la ansiedad está presente en nuestro día a día?. A
continuación te dejo algunas pautas que pueden ayudarte.
1. Aunque dependiendo
del tipo de personalidad hay personas más sensibles, y a la vez susceptibles de
sufrir de un trastorno de ansiedad, la verdad es que el origen de la ansiedad
suele estar relacionado con necesidades y emociones no atendidas, las cuales pueden
tener un origen muy dispar. Los síntomas de la ansiedad son la vía a través de
la cual nuestro organismo nos avisa de que algo no marcha bien, y nos urge a
actuar para restablecer el equilibrio perdido. Patrones de vida y formas de relacionarnos caducos, y a
veces tóxicos, suelen ser los protagonistas de este malestar, y por tanto los
que debemos revisar para reducir la ansiedad.
A veces conocer la causa de la ansiedad puede ser
relativamente fácil, como por ejemplo cuando tomamos consciencia que no estamos
bien con nuestro trabajo, y otras veces el motivo puede ser mucho más sutil, y
a la vez difícilmente identificable. En
cualquier caso, ante los primeros síntomas de ansiedad, y una vez descartada
otra enfermedad física, lo recomendable sería buscar ayuda terapéutica para
descifrar el mensaje de nuestra ansiedad. La terapia nos ayudará a comprender
el origen y el funcionamiento de nuestra ansiedad, dándonos herramientas de
gestión emocional para recuperar nuestro bienestar.
Respecto a la medicación para la ansiedad decir que aunque en
determinados casos es necesaria, debido al elevado grado de sintomatología, a
medida que pasa el tiempo y con la ayuda de la terapia, lo conveniente sería
retirarla de forma progresiva. Debemos tener claro que aunque la medicación
puede ser un apoyo para nuestra recuperación emocional, nunca será una solución
definitiva. En cualquier caso lo más importante es evitar la automedicación,
siendo siempre necesario acudir a nuestro médico para que realice el
diagnóstico pertinente, y nos recete la medicación adecuada según cada caso.
A parte del trabajo en terapia, que como he dicho es
fundamental para superar los trastornos de ansiedad, existen otras prácticas
que nos pueden ayudar a lidiar con la ansiedad en nuestro día a día. Algunas de estas
prácticas son las siguientes:
Realizar ejercicios de Mindfulness que nos faciliten conectar
con el aquí y ahora del momento presente. Practicar este tipo de ejercicios nos
ayudará a anclar nuestra conciencia en el momento presente, evitando que
nuestra mente se pierda anticipando acontecimientos futuros, o bien se quede
anclada en hechos pasados. Desarrollar la capacidad para estar en el presente,
tomando conciencia de nuestro cuerpo y de nuestros sentidos, rompe nuestro
bucle de pensamiento, beneficiando la reducción de la ansiedad.
Practicar ejercicios de relajación. Realizar técnicas de respiración
y de conciencia corporal nos ayudará a reducir la velocidad con la que
encaramos nuestra rutina diaria, aportándonos paz y equilibrio. Las técnicas de
relajación nos permiten actuar de una forma menos reactiva, con una mayor
conciencia y claridad mental. AQUÍ os dejo un ejemplo de este tipo de
ejercicios.
Realizar ejercicio físico. El ejercicio físico es uno de los
mayores aliados para vencer la ansiedad. El ejercicio físico nos aporta energía,
oxigena nuestra sangre y aumenta la liberación de endorfinas, las denominadas
“hormonas de la felicidad”.
Meditar a diario. La meditación es otra forma de encontrar la
serenidad y la calma que nos permita reducir nuestros niveles de ansiedad.
Al igual que en el caso de la medicación, las prácticas que acabamos de mencionar nos pueden ayudar, pero no son una solución al problema. Salir de la
ansiedad por uno mismo es una tarea complicada, por este motivo es importante contar con alguien que nos acompañe e oriente
para superarla. El acompañamiento terapéutico es la herramienta ideal que nos permitirá superar nuestros problemas de ansiedad.
Si quieres más información sobre como la terapia puede
ayudarte, SIGUE ESTE ENLACE y te informaré sin compromiso.
Leslie Beebe
Terapia Gestalt en Barcelona
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