Técnicas de reducción del estrés (III) - La respiración circular
Técnicas de reducción del estrés (III) – La respiración circular. Estamos viviendo una época de gran incertidumbre e inseguridad. Sumado a la pandemia de covid, que ya parecía estábamos superando, ahora se le une la noticia de una muy probable crisis económica que se avecina. El motivo de esta crisis se origina por las restricciones de materias primas y recursos energéticos que estamos experimentando a nivel mundial. Ante un panorama tan desalentador, es importante cuidar de nuestra salud emocional, no dejándonos llevar por el pánico que este tipo de noticias suelen provocar entre la población.
Hoy, seguimos con una tercera parte de estos ejercicios de relajación, los cuales nos ayudarán a reducir nuestros niveles de estrés y ansiedad. Como ya os comenté con anterioridad, es muy importante la constancia y la implicación con este tipo de prácticas. Solo así, podremos constatar sus beneficios. El ejercicio que os propongo hoy se denomina como la respiración circular.
Para realizar este ejercicio busca un lugar tranquilo, donde
no seas molestado durante unos 30 minutos. Desconecta el móvil y evita cualquier
otra forma de distracción. Ponte ropa cómoda y asegúrate que las condiciones de
la habitación, como la temperatura o la intensidad de luz, sean las adecuadas.
Ponte una alarma en tu reloj; lo recomendable es dedicar a
este ejercicio de 20 a 30 minutos. Túmbate en una colchoneta o en la cama, con
los brazos extendidos a los lados, las piernas estiradas, y con los pies
ligeramente hacia fuera. Toma conciencia de tu respiración y haz unas
respiraciones profundas. Es normal que al principio del ejercicio sientas que
los pensamientos invaden tu mente. No te preocupes, con la práctica entrar en
un estado de relajación te será cada vez más fácil.
Si sientes que los pensamientos se acumulan en tu mente, no
te agobies. Imagina en tu mente un cielo azul, y visualiza tus pensamientos
como nubes que van apareciendo en él. Simplemente deja esos pensamientos pasar,
como si fuesen nubes llevadas por el viento. Acompaña esa imagen con la
respiración, visualizando la expiración como el viento que se lleva las nubes
fuera de tu vista. Evita quedarte enganchado a los pensamientos, dándole
vueltas y futurizando sobre ellos. Si esta tendencia aparece, enfoca de nuevo
tu atención en la respiración y en la visualización propuesta.
A medida que sientas que las nubes van desapareciendo del
firmamento, y tu pensamiento se va calmando, toma conciencia de tu persona, percibe la presión de tu cuerpo en la
colchoneta. A partir de ese instante, date cuenta de cómo se encuentra tu respiración.
Realiza de 4 a 5 respiraciones profundas, llevando el aire hasta tu vientre y
sintiendo como el abdomen sube y baja.
Una vez realizadas estas respiraciones profundas, identifica
si hay alguna zona de tensión o malestar en tu cuerpo. Visualiza ese malestar o
zona de tensión como un punto rojo en tu cuerpo.
Seguidamente imagina una esfera de energía o luz blanca que
entra por tus pies en dirección a la zona de la coronilla, en la cabeza. El
ejercicio consta de dos fases, una de inspiración, que consiste en visualizar el
aire subiendo por delante de tu cuerpo desde tus pies hasta la cabeza, y una
segunda fase de exhalación, donde el aire baja desde la cabeza, pasando por
detrás y recorriendo tu columna vertebral, para acabar saliendo por tus pies.
Imagina la energía que entra como una luz blanca y
purificadora. Esta luz va a relajar cualquier tipo de tensión o malestar que hayas
identificado anteriormente en tu cuerpo. Cuando sientas que la luz blanca pasa
por un punto de tensión, imagina que lo barre, y se lo lleva con ella. Al
llegar a la coronilla, empieza la fase de exhalación del aire, imaginando como
ese aire cargado de tensión baja por detrás de tu espalda hasta llegar a salir
por tus pies.
Imagina que toda la tensión y malestar que ha arrastrado la
luz blanca a lo largo de su recorrido sale por los dedos de tus pies, como una energía pesada y oscura que abandona tu cuerpo, dejándote una sensación de alivio y bienestar.
Sigue realizando este ciclo de respiraciones hasta que la
alarma que has puesto llegue a su fin.
Espero que este ejercicio te sea de utilidad para aliviar los niveles de estrés y ansiedad. Puedes combinar y alternar los ejercicios que te he
propuesto. Cuando doy este ejercicio a mis consultantes muchos me comentan que
no disponen de 30 minutos al día. Ante ello les comento que no se preocupen,
que le dediquen el tiempo que puedan. Les digo que más importante que el tiempo, es que sean constantes con su
práctica. Una opción que les suelo proponer es que dediquen al ejercicio 10 minutos
antes de dormir, y 10 minutos al despertar, pues es una forma ideal tanto de empezar como de acabar el día.
Si te sientes desbordado/a por el estrés y ansiedad, sería recomendable que pidieses ayuda profesional, pues en la mayoría de
ocasiones estos estados son manifestaciones de algún asunto que no hemos sanado,
y que deberíamos atender para no llegar a sufrir trastornos más graves.
Pide más información CLICANDO AQUÍ y te informaré sin compromiso sobre la terapia.
Leslie Beebe
Acompañamiento terapéutico y emocional
Terapia Gestalt en Barcelona
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