¿Sufro de manipulación emocional?


¿Sufro de manipulación emocional?. La manipulación es una estrategia que ya sea de forma consciente, o inconsciente, todos hemos utilizado en algún momento de nuestra vida para obtener aquello que queríamos. No obstante cuando hablamos de la figura del manipulador emocional, hacemos referencia a aquellos individuos que utilizan la manipulación como una forma habitual de relacionarse con el resto de personas.
Definimos manipulación emocional como una o varias estrategias que una persona emplea para conseguir un objetivo, utilizando en su beneficio la vulnerabilidad y la sensibilidad de otras personas. La manipulación emocional es un acto que no debe ser tomado a la ligera, de hecho puede considerarse un acto de violencia psicológica, pues anula a la otra persona perjudicando su bienestar emocional y psicológico.

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El manipulador emocional jugará con las emociones y sentimientos de la otra persona para conseguir una posición de dominio y superioridad, obteniendo de esta forma aquello que desea de ella. Así mismo el manipulador suele ser un individuo muy hábil detectando el punto débil de las otras personas, por lo que no dudará en utilizarlo en su beneficio propio. La realidad es que es muy difícil reconocer a los manipuladores emocionales, pues normalmente se trata de personas cercanas, con las que se mantiene un estrecho vínculo afectivo y emocional.

Con el tiempo la persona manipulada acaba siendo un títere en las manos del manipulador, sintiendo que sus necesidades y deseos no cuentan, pues están a expensas de la voluntad del manipulador. Este tipo de situaciones genera un profundo dolor emocional, afectando negativamente la autoestima, la autoconfianza y la dignidad de la persona manipulada. Si la dinámica de manipulación se mantiene en el tiempo, los sentimientos de tristeza, apatía y culpabilidad irán en aumento, lo que puede derivar en un trastorno de salud como la depresión.

El manipulador emocional se caracteriza por ser una persona egoísta y con una baja autoestima, sin embargo encubre su inseguridad bajo una apariencia de ser una persona con un carácter fuerte y dominante. Por norma general son individuos con pocas habilidades sociales y de comunicación, a la vez que presentan un déficit de empatía y asertividad. También suelen mostrar una baja tolerancia a la frustración. Cuando se sienten frustrados suelen conectar con el enfado, el cual expresan a través de la crítica o siendo agresivos verbalmente. En los casos más extremos incluso pueden llegar a la agresión física.

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Las formas de manipulación son extensas, y variadas, según el tipo de manipulador emocional, no obstante la mayoría de técnicas se basan en el chantaje emocional, haciendo sentir a la otra persona culpable y responsable de la situación que el manipulador emocional está viviendo.
Algunas de las formas más comunes de chantaje emocional utilizadas por el manipulador son las de posicionarse en el rol de víctima, o bien en el de dependiente emocional, para así despertar sentimientos de pena y culpa en la persona manipulada. A partir de estos sentimientos, y con el fin de sentirse mejor, la persona manipulada acaba accediendo a las peticiones del manipulador emocional.

Una película que hace referencia a la manipulación emocional es la denominada “gaslight (1940/1944)”, en español “luz que agoniza” de la cual surgió el término inglés gaslighting o “hacer luz de gas”. En esta película el marido de la protagonista quiere quedarse con su fortuna, por este motivo manipula su realidad, cambiando cosas de sitio y asegurando no acordarse de haber mantenido conversaciones con ella, para que de esta forma la protagonista crea que padece un trastorno mental. El término hace referencia a las lámparas de gas (gas light) que el marido usa en el ático mientras busca la fortuna escondida. La mujer avista dichas luces, y él le insiste en que no son más que delirios. Sin duda, un claro ejemplo de manipulación emocional.

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Como ya he comentado, es habitual que cuando una persona sufre de manipulación emocional no sea consciente de ello. Por este motivo a continuación te presento toda una serie de preguntas que pueden ayudarte a descubrirlo:

¿Me siento escuchado y tratado con respeto?

¿Siento que la otra persona tiene en cuenta mis intereses y necesidades?

¿Con frecuencia me comparo y me siento inferior?

¿Me siento culpable de forma habitual?

¿Aquello que me pide la otra persona es razonable?

¿Siento que doy mucho a la relación sin obtener nada a cambio?

¿Me siento feliz en esta relación?

¿Me dejo ser yo en esta relación, o bien finjo para estar bien con el otro y que no se enfade?

¿Acepto hacer cosas por el otro y después me doy cuenta qué realmente no deseaba hacerlas?

Una vez contestadas y viendo tus respuestas, analiza si realmente estás viviendo una relación que te hace crecer, o bien es una relación tóxica y perjudicial para tu bienestar.
Si estás viviendo una relación de manipulación emocional, lo mejor sería que pusieses distancia con esa persona lo antes posible. No obstante, y como ya hemos comentado anteriormente, esto no es tan fácil, pues suele existir un estrecho vínculo emocional con el manipulador. Si éste es tu caso, a continuación te dejo algunas pautas que pueden ayudarte a no caer en la manipulación emocional.

1. El primer paso es darte cuenta que estás siendo víctima de una manipulación emocional. En este sentido debes asegurarte que tus derechos como persona no están siendo vulnerados. Algunos de los derechos que debes revisar son:

Tienes derecho a ser escuchado y a dar tu opinión en todo momento, ten en cuenta que ninguna opinión tiene más valor que otra.

Tienes derecho a ser tratado con respeto y dignidad en todo momento.

Tienes derecho a decir no sin tener que sentirte culpable por ello.

Tienes derecho a expresar y anteponer tus necesidades frente a las de la otra persona.

Tienes derecho a hacer valer tu persona y a no sentirte en inferioridad respecto al otro.

Debes tener claro que ninguna actitud ni forma de ser justifica recibir un maltrato verbal, psicológico ni físico.

2. Debes poner límites y aprender a decir no. Quizás al principio te cueste, y puedas escuchar a tu juez interno culpabilizándote por ello, no obstante como dice el refrán “mas vale ponerse una vez colorado que ciento amarillo”. Si no lo haces, y te dejas llevar por la culpa, accediendo al chantaje emocional, vas a acabar sintiéndote peor contigo mismo por haber aceptado, y más difícil te será establecer límites en el futuro. Aceptar aquello que realmente no deseas también afectará negativamente el autoconcepto que tienes de ti, por lo que tu autoestima y la confianza que tienes en ti mismo también se verán perjudicadas.

3. Es recomendable que no entres en discusiones con el manipulador emocional, pues por su condición son muy hábiles en el arte de embaucarte, y que acabes accediendo a su chantaje. Tampoco debes intentar razonar con ellos por el mismo motivo, pues en este sentido también tienes las de perder. Lo más importante es que te mantengas firme con tu discurso, repitiendo tu postura una y otra vez, como un disco rayado. Otra técnica que puedes utilizar si te sientes muy presionado por el manipulador, es aplazar tu respuesta hasta que la situación esté más calmada, y así darte tu tiempo para analizar su petición y saber si realmente quieres acceder o no a ella.

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4. Es importante que no aceptes de forma impulsiva e inmediata las peticiones del manipulador emocional, a parte de darte tu tiempo, como hemos comentado anteriormente, también puedes utilizar toda una serie de preguntas que te permitan conocer mejor y aclarar las intenciones de la otra persona. Algunas de estas preguntas serían del siguiente tipo:

- ¿Qué se supone según tú que debo responder a eso?

- Puedes aclararme un poco mejor ese punto de vista tuyo

- ¿Es una petición que me haces o simplemente es un comentario?

- Me sabe mal por ti, pero entiende que no va conmigo, ¿no crees que es tu responsabilidad?

- ¿Realmente crees que yo soy la persona adecuada para pedirle algo así?

- Ya que dices eso de mí, ¿En qué crees tú que me podrías ayudar para mejorarlo?

5. En caso que la manipulación emocional se manifieste a través de un enfrentamiento directo, en el que pueden aparecer críticas o desvalorizaciones personales, lo importante es fijar un límite claro, para así asegurar el respeto y la dignidad hacia tu persona. Algunas de las expresiones que puedes utilizar para ello son:

- Eso que dices de mi me duele, te pido lo retires

- De esta forma no resolvemos nada, te ruego bajes el tono y lo hablemos con calma

- No voy a seguir con la conversación si me faltas al respeto

- O me tratas con educación o me veré obligado a dejar la conversación

-Veo que estás muy alterado, cuando estés más tranquilo ya lo hablaremos

Si todos los intentos por fijar límites y la comunicación asertiva no funcionan, lo mejor es poner tierra de por medio y alejarse de esa relación. Si no es posible poner distancia con la otra persona, lo recomendable sería que ésta pidiese ayuda profesional para así poder salir de su rol manipulador.

Si quieres conocer más sobre esta temática, te invito a que leas otros de mis artículos:




Leslie Beebe
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