Claves para Encontrar Pareja

Claves para encontrar pareja. En este artículo voy a dar algunas pautas a tener en cuenta cuando deseamos encontrar pareja. Antes de empezar quiero comentar que como todo en la vida, no existen recetas mágicas, que nos aseguren que una relación va a perdurar en el tiempo y de forma satisfactoria. Toda relación es un proceso que para nada resulta en una línea recta, segura y previsible, como a la gran mayoría de nosotros nos gusta pensar. Más bien la relación es un camino de subidas y bajadas, lleno de cambios y aprendizajes personales. Un proceso impredecible y con un horizonte temporal desconocido.

Claves para encontrar pareja


Asimismo, quiero decir que este artículo parte de mis vivencias personales, así como la experiencia terapéutica con mis consultantes, por lo que todo lo comentado en este artículo (y en todos los que escribo) nunca debe ser tomado como verdades universales. En este sentido, aconsejo que cada uno tome aquello que crea que puede ser de utilidad para su persona.

Cuando estamos abiertos a encontrar pareja, es importante tener en cuenta una serie de aspectos, que aunque no aseguran el éxito de la pareja, sí que aumentan la probabilidad de empezar con buen pie la relación. Estas pautas son las siguientes:

¿Desde dónde busco mi pareja? 

Este es una de las primeras preguntas que deberíamos hacernos cuando buscamos iniciar una relación. Con frecuencia empezamos a buscar pareja desde la carencia, y no desde la abundancia, siendo este último estado una limitación para cimentar un buen inicio de la relación. En mi labor terapéutica me he encontrado con distintos casos de estado de carencia, a continuación os planteo algunos:

-          Cuando se busca pareja para huir del tan temido estado de soledad (o en otras palabras del miedo a estar con uno mismo).

-          En aquellos casos en que existe un condicionamiento social o familiar para encontrar pareja. Pienso en aquellos casos en que la familia ejerce presión sobre una hija (ya en los 40) para que se case y tenga hijos.

-          Después de haber pasado por una ruptura sentimental, en que para evitar el proceso de duelo, se busca inmediatamente a un/a sustituto/a para no contactar con el dolor de la pérdida.

-          Cuando la persona presenta una baja autoestima y un miedo extremo a la soledad.

-          En aquellas situaciones en que la persona confunde términos, que aunque parecidos, no son idénticos. Algunos de estos términos son la diferencia entre deseo y amor, o bien entre enamoramiento y amor.

Como denominador común, la mayoría de casos que acabo de mencionar se caracterizan porque la persona busca a su posible pareja desde un estado neurótico y de ansiedad, en vez de hacerlo de una forma natural y fluida. En tal sentido, desde donde inicio mi búsqueda de pareja es un factor fundamental para iniciar con buen pie una relación. Por último quiero comentar que aunque es importante estar abierto y predispuesto a encontrar pareja, esto no significa que esa búsqueda deba convertirse en nuestra única motivación. Cuando eso sucede, es habitual que vivamos la búsqueda de pareja de una forma obsesiva, derivando en relaciones con una base muy frágil y con una elevada probabilidad de sufrir de dependencia emocional.

¿Cómo soy yo?

Relacionado con el punto anterior, no solo es importante ser consciente del punto en que inicio mi búsqueda, sino también plantearnos qué tipo de persona estamos buscando. Para ello es básico conocernos a nosotros mismos, tomando conciencia de aspectos tan importantes como son: la forma como gestionamos nuestras emociones, los patrones de relación aprendidos, las experiencias de pareja vividas en el pasado, la influencia del entorno vivido en la infancia, o bien las posibles cargas que puedo llevar en mi mochila emocional.

Respecto a este último punto, cuando arrastramos asuntos no resueltos a nivel emocional, es muy posible que proyectemos esas cargas en la nueva pareja, reduciendo así las posibilidades de éxito de la relación. Un ejemplo lo tenemos en aquellas personas que mantienen profundos conflictos con sus figuras parentales, los cuales restan irresueltos y siguen generando malestar. Otro ejemplo, que con frecuencia aparece en terapia, y como resultado de patrones de relación no saludables, son aquellas personas que siempre acaban inmersas en relaciones tóxicas de dependencia.

Por todo ello, pararse y dedicar un tiempo a conocernos es fundamental para vivir la relación de pareja de una forma saludable. Para conseguirlo, la terapia es la mejor de las opciones. La terapia nos ayuda a aumentar el grado de conciencia sobre nosotros mismos, resolver conflictos no cerrados, y mejorar la forma como nos relacionamos con nosotros mismos y con otras personas, aumentando así las probabilidades de éxito de la pareja.

¿Cúales son mis creencias respecto al amor?

Socialmente se han promovido e instaurado en nosotros toda una serie de creencias erróneas sobre el amor y la pareja. Estas ideas únicamente contribuyen a vivir la relación más desde un estado ilusorio, que no lo que realmente significa la vida en pareja. Mantenerse apegado a este tipo de ideas, sin ningún criterio por nuestra parte, acaba generando grandes dosis de desilusión y frustración respecto a la pareja, al descubrir que esas ideas no se corresponden con la realidad. Algunas de estas ideas son:

“El amor todo lo puede”, “Si aguantas y luchas, el amor triunfará”, “Quien bien te quiere te hará llorar”, “En el amor hay que darlo todo”, “Sin él/ella no soy nada”, “Si te quiere volverá”, “Los polos opuestos se atraen”, “El amor a primera vista es el verdadero”…

Estas son algunas de las creencias irracionales que circulan sobre el amor de pareja, pero existen muchas más. Puedes buscar cuales son las tuyas, y tomar conciencia de cómo éstas acaban influyendo en la búsqueda de pareja.

¿Qué entiendo yo por amor de pareja?

Tradicionalmente ha existido en la sociedad una tendencia a edulcorar el concepto de amor, creando una idea de amor romántico que poco tiene que ver con lo que significa el amor en pareja. Con frecuencia suele confundirse amor con enamoramiento, en este sentido, las películas de Hollywood han contribuido a difundir el mito de “fueron felices y comieron perdices”, un visión naif y muy alejada de lo que acaba siendo el día a día con la pareja. Es común confundir enamoramiento con amor, cuando el enamoramiento es solo una primera fase dentro de la relación. Esta confusión deriva en grandes dosis de frustración, al acabar descubriendo que el otro no cumple con las expectativas que teníamos sobre la pareja al iniciarse la relación.

La realidad es que en la fase de enamoramiento no conocemos al otro, estamos en el proceso, por lo que la imagen de la pareja se fundamenta más en aquello que imaginamos o fantaseamos desde nuestro ideal de pareja, que no una visión clara y realista sobre cómo es la otra persona.

Si a este hecho le añadimos la baja autoestima que afecta a un gran número de la población (desde la cual buscamos llenar el vacío emocional con la compañía del otro), el golpe de realidad con el que nos topamos, al desaparecer la proyección en el otro, suele ser de órdago.

Otra de las tendencias habituales, y que genera grandes decepciones, suele ser la confusión entre deseo y amor. El deseo surge del instinto, de la atracción hacia el otro, el cual alcanza niveles muy elevados cuando conocemos a alguien. Aspectos como lo nuevo, lo desconocido y lo diferente son alimento para ese deseo. En el enamoramiento el deseo está en un punto álgido, sin embargo el error consiste en mantener la creencia que ese deseo va a perdurar en esos niveles a lo largo del tiempo. La realidad es que a medida que avanza la relación, el  deseo va reduciendo su intensidad (aquello que veíamos como nuevo, desconocido y excitante en el otro ya no lo es tanto), mientras otros aspectos como la confianza, el compromiso, la comunicación abierta, o el apoyo mutuo van ganado peso en la relación.

De la misma forma, la aparición del deseo se encuentra estrechamente relacionada con querer obtener aquello que no tengo. Cuando la relación se afianza, el deseo reduce su intensidad al perderse el interés, pues el objeto ansiado (persona en este caso) ya es “nuestro”. En esta línea, muchas personas relacionan erróneamente la reducción del deseo, con el hecho de haber dejado de querer a su pareja, cuando en un gran número de casos esta suposición no se corresponde con la realidad, al estar confundiendo deseo con amor.

Otra forma de confusión entre deseo y amor es cuando la persona no distingue entre la excitación propia de los primeros meses de relación, y el amor de pareja. El amor necesita de su tiempo para ir asentándose entre ambos miembros de la relación, a diferencia del deseo que aparece de una forma más explosiva.

Para terminar, otro de los conceptos que con frecuencia surge cuando hablamos de relaciones de pareja, y que suele llevar a confusión, es el ideal sobre la media naranja. Se entiende como media naranja aquella persona que supuestamente encaja con nosotros a la perfección, y que al encontrarla, nos permitirá alcanzar un estado permanente de felicidad. Un individuo entre los millones de personas que viven en este planeta, y que teóricamente solo al verlo quedaremos instantáneamente enamorados (al igual que esa persona quedará totalmente prendada de nosotros). En cierto sentido me recuerda al concepto de imprimación de los hombres lobo utilizado en el universo de las películas de “Crepúsculo”. (Recordemos que aunque Hollywood recrea historias de forma muy realista, es todo una fantasía del cine).

De nuevo una creencia errónea, la de la media naranja, que aunque ampliamente extendida entre la sociedad, provoca grandes dosis de frustración y decepción cuando pasado el enamoramiento, uno descubre que la pareja no deja de ser un mortal más, con sus aptitudes y sus defectos.

El mito de la media naranja pone encima de la mesa la creencia falsa de que el otro va a traer a mi vida la felicidad, liberándome de todos los problemas y llenando mi vacío emocional. Una presunción muy egocéntrica de lo que es la relación de pareja, y desde allí, solo viéndonos a nosotros, difícilmente podremos establecer una relación de pareja sana y equilibrada con el otro.

terapia de pareja


¿Estoy siendo sincero conmigo mismo/a?

Otra pregunta que puedes hacerte a la hora de buscar pareja es si estás siendo sincero/a contigo mismo/a (y con el otro) sobre aquello que sientes hacia la otra persona. Si estás en la búsqueda de pareja, y has empezado a conocer a alguien, lo primero (y lo más importante) que debes detectar es si la relación con esa persona es fácil y fluida por ambas partes. Si es así, enhorabuena, estás en el buen camino.  No obstante no siempre es así, por ello voy a comentar algunos indicios que pueden indicarte que quizás esa persona no es la adecuada para ti:

-          Cuando sientes que debes hacer grandes esfuerzos para que la relación vaya adelante. Por ejemplo; que el aspirante a pareja adopte una actitud pasiva, sin iniciativa para quedar y seguir conociéndose, mientras que tú muestras una actitud mucho más activa, mostrando iniciativa.

-          Cuando percibes que las actitudes o las acciones de la otra persona te molestan o te irritan.

-          Cuando te das cuenta que adoptas una actitud de querer cambiar la forma de ser de la posible pareja (o bien ves en la otra persona esa actitud, al juzgarte, recriminarte por ser como eres y exigirte que cambies).

-          Cuando percibes que el aspirante a pareja muestra actitudes de falta de respeto hacia ti, o bien cuando aparecen tendencias controladoras respecto a la vida de la otra persona.

-          Cuando las discusiones y desencuentros pasan a ser la forma habitual de comunicación entre los dos, en vez de ser la excepción.

-          Cuando notas en esa persona indicios que puede existir algún trastorno psicológico o emocional, o bien cuando sientes que no existe por su parte una coherencia entre pensamientos, palabras y actos. Por ejemplo me he encontrado en terapia con mujeres que han sido manipuladas por hombres, los cuales “les prometían la luna”, y acababan actuando de una forma totalmente opuesta a sus palabras.

-          Cuando adviertes que no compartes valores de vida, ni intereses comunes con esa persona.

-          Cuando sientes que no existe ninguna atracción física ni sexual por esa persona, o bien percibes algún aspecto de ella que te genera rechazo. Por ejemplo: que sea una persona con falta de higiene, o bien alguien que presenta problemas de adicción.

-          Cuando te das cuenta que estás remando a contracorriente, forzando una relación que en el fondo sabes que no tiene futuro. En más ocasiones de las deseadas nos entestamos en que una determinada relación funcione, realizando grandes esfuerzos para que así sea. La explicación de esa resistencia a admitir que esa persona no es la adecuada, suele partir de la evitación a no querer enfrentarse a sensaciones desagradables, o a ciertos momentos complicados. Algunos ejemplos que explican esta actitud evitativa son: 

-          Vivir la experiencia como un fracaso personal, culpabilizándonos y castigándonos por creer que algo defectuoso debe haber en nosotros, para que la relación no haya tenido éxito.

-          El miedo a que si decimos No a esa persona, nos quedaremos solos y no encontraremos a nadie más en el futuro.

-          El miedo al conflicto, o a la reacción del otro al tener que darle una negativa, comunicándole que no es la persona que buscamos.

Si en el proceso de conocer a alguien has percibido alguna de las situaciones que comentamos anteriormente, seguramente es indicativo de que esa persona no es adecuada para ti.

Para terminar, solo comentaros que aunque nada nos asegura una relación satisfactoria, en la que crecer y sentirnos satisfechos, tener en cuenta todos los puntos que hemos comentado en este artículo puede ayudarnos, al menos, a iniciar una relación de pareja con buen pie.

Si quieres saber más sobre la temática de la pareja, seguidamente te dejo otros artículos sobre el tema:

Como hacer que la relación de pareja funciones

Como superar una ruptura de pareja

Los celos en pareja


Leslie Beebe

Acompañamiento terapéutico y emocional

Terapia Gestalt Barcelona

http://www.ansiedad.barcelona/

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http://www.saludterapia.com/terapeutas/t/f/4685.html

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