Cuando el miedo nos bloquea
Cuando el miedo nos bloquea. Un gran porcentaje de nosotros
vivimos la vida con miedo. En muchas ocasiones el miedo nos bloquea y nos
paraliza, impidiéndonos tomar un determinado camino. Cuantas veces una idea
surge en nuestra mente e inmediatamente es boicoteada por nuestra voz interior, por ejemplo; “me gustaría aprender inglés”. Posteriormente a la aparición de esta idea, emergen en nuestra
mente pensamientos limitantes que se expresan con voces del tipo: “nunca se me han dado bien los idiomas”, “no
sabré hacerlo”, “las clases son un gasto y ahora yo estoy muy ocupado/a”..., estos y
otros mensajes parecidos son los que acaban por frustrar nuestros
deseos.
El miedo es una emoción básica, la cual nos permite ser
precavidos, valorando los riesgos de una determinada situación, y actuando en
consecuencia. El miedo forma parte de nuestro instinto de supervivencia, el
cual ha permitido la evolución del ser humano hasta nuestros días. Sin miedo no
duraríamos mucho en esta vida, pues seríamos unos temerarios irresponsables que
correríamos peligros innecesarios.
El problema del miedo es cuando pasa a ser disfuncional,
volviéndose sobreprotector y limitando la satisfacción de nuestros deseos y
necesidades. El miedo sobreprotector nos mantiene en nuestra zona de confort, no dejándonos crecer. El origen de los miedos limitantes es diverso; puede encontrarse en nuestra
infancia, al crecer en un entorno de sobreprotección familiar, por creencias limitantes heredadas, o bien por
heridas de la niñez que aún no hemos cicatrizado. Estas últimas nos conectan aún
en la madurez con miedos muy primarios como el miedo al abandono. Así mismo, el miedo limitante también puede originarse en experiencias traumáticas que
hayamos vivido a lo largo de nuestra vida. En cualquier caso, independientemente
del factor personal, la sociedad que nos rodea y los medios de comunicación
también favorecen a extender este tipo de miedo a nivel colectivo entre la
población.
Si quieres detectar el miedo sobreprotector, para así
diferenciarlo del miedo como emoción básica, presta atención a las siguientes
características:
El miedo limitante es un miedo que suele centrarse únicamente
en los riesgos, nunca en los posibles beneficios.
Siempre te aconseja evitar o huir de la situación, nunca
enfrentarla.
Parte de una visión catastrofista y sobredimensionada de las
consecuencias futuras.
Te desvaloriza y te hace sentir impotente para enfrentar una
determinada situación.
Aparece en forma de reacciones exageradas, en que no existe
una amenaza presente y real, sino más bien un problema futuro e imaginario.
¿Qué podemos hacer para
que nuestros miedos no nos limiten?, a continuación te comento algunas pautas que pueden
ayudarte.
1. Toma conciencia de tu diálogo interno y de todos aquellos
pensamientos limitantes que surgen cuando aparece una propuesta de acción en tu
mente. Anota estos pensamientos y date cuenta cómo te hacen sentir. Una vez los
tengas anotados toma conciencia de tu estado emocional y anímico. Hazte las
siguientes preguntas:
¿En qué me
beneficia este tipo de pensamiento?, ¿Qué voy a conseguir haciéndole caso?,
¿Para qué me sirve decirme esto?, ¿Qué está en mi mano hacer para cambiarlo?.
Una vez contestadas estas preguntas, busca alternativas a tus pensamientos limitantes y anótalas. Cuando acabes repite estos nuevos pensamientos en voz
alta, y date cuenta cómo te hacen sentir en comparación con los pensamientos limitantes.
2. Adopta una actitud de escucha y comprensión. Recuerda que
la función del miedo es protegerte, por tanto no te enfades con él. Intenta
llegar a acuerdos y dialogar con tus miedos, siempre desde una actitud de
empatía y amor hacia ti mismo.
3. Acepta tu miedo. Las actitudes de oposición y represión de
tus miedos solo te conducirán a sentirte más frustrado y enfadado. En consecuencia prueba a dar
un espacio a tu miedo, para así escuchar aquello que te dice y poder
racionalizar su mensaje.
4. No huyas del miedo. La actitud más común ante el miedo es
la huida, sin embargo como dijo el escritor Antoine de Saint-Exupéry “la
huida no ha llevado a nadie a ningún sitio”. En este sentido es importante
que busques formas de enfrentar las situaciones que te generan miedo, pues en
caso contrario tu miedo se volverá cada vez más grande. Esto es lo que sucede
con las situaciones susceptibles de generarnos ansiedad, cuanto más las
evitamos, mayor hacemos nuestro miedo al miedo, el cual puede limitar
seriamente nuestra libertad personal. Cuando aparezca tu tendencia a la
evitación puedes hacerte las siguientes preguntas:
“¿Cúal es el peligro de esta situación?, ¿Qué
es lo peor que puede pasarme?, ¿Qué es lo más probable que pase?, ¿Si no va
bien cómo lo afrontaría?, ¿Qué aprendería de esa experiencia?, ¿Qué le dirías a
alguien que estuviese pasando por esta situación?.
5. Enfrentar tu miedo no es una competición. Es recomendable
que enfrentes tus miedos de una forma progresiva, exponiéndote poco a poco a
aquello que temes. Adoptar una actitud activa ante el miedo es fundamental,
pero eso no significa que seas impulsivo e impaciente, queriendo superar tus
miedos de forma inmediata. Debes pensar que muchos de tus miedos limitantes
llevan años instaurados en tu persona, por lo que cambiar la relación que
mantienes con ellos puede llevar su tiempo.
6. No te juzgues por tener miedo. Como hemos dicho el miedo
es una emoción básica, no obstante cuando adopta un rol de sobreprotección es
cuando se vuelve disfuncional. Sentir miedo ante situaciones nuevas, o bien que
pueden comportar algún tipo de riesgo, es humano y natural, y eso es lo que
debes decirte, no te juzgues ni culpabilices por ello. El problema del miedo aparece
cuando esta emoción la cargamos con nuestros pensamientos desvalorizadores y
limitantes, los cuales nos hacen sentir inferiores e incapaces de enfrentar la
situación temida.
7. Reeduca tu miedo. El propósito de tu relación con el miedo
debe ser reeducarlo, para que así te informe de aquellas amenazas cuando
realmente aparezcan y sea necesario, pero no para que limite tu vida. El miedo
debe ser una herramienta de precaución para ti, que te permita explorar y
disfrutar de lo nuevo sin tener que privarte de la libertad por ello.
Si quieres conocer más sobre el miedo, también puedes leer otros de mis artículos sobre el tema:
Miedo y ansiedad
La gestión del miedo
El miedo como emoción básica
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Leslie Beebe
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